AFP, BUENOS AIRES

Declaraciones testimoniales, revisión de horas de filmación o allanamientos, la justicia argentina trabajaba ayer contrarreloj para esclarecer la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien acusó a la presidenta Cristina Kirchner de encubrir la participación de Irán en un atentado antisemita en 1994.

La jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa de Nisman y madre de sus dos hijas de 7 y 15 años, acudió ayer a declarar ante la fiscal Vivian Fein, quien investiga el deceso de su colega calificado por ahora como “muerte dudosa”.

Nisman apareció muerto el pasado domingo en la víspera de explicar ante el Congreso la acusación contra Kirchner y su canciller, Héctor Timerman.

“Nadie quería más que Nisman viviera y contestara las preguntas (de diputados) que la Presidenta y yo”, escribió ayer Timerman en Twitter, tras cuatro días de silencio.

La mandataria Kirchner evocó primero la hipótesis del suicidio del fiscal, pero el jueves pasado dijo estar convencida de lo contrario y que fue manipulado en el marco de un complot contra el Gobierno, que atribuye a un plan de agentes de inteligencia.