Los manifestantes desfilaron desde la céntrica plaza de Santos Apóstoles hasta la de Montecitorio, donde se encuentra la Cámara de los Diputados, y todos ellos llevaban puesta una banda con los colores de la bandera italiana, símbolo que emplean los alcaldes.
Lo hicieron para apoyar a sus regidores, comprometidos en afrontar la situación de emergencia que viven sus municipios, ubicados en las regiones de Umbria, Las Marcas o Lacio y devastados por sismos como el del 24 de agosto pasado, que se saldó con casi 300 víctimas mortales.
Los asistentes protestaron contra “los continuos e inoportunos protocolos burocráticos”, que, en opinión de los organizadores de la marcha, “han impedido cualquier renacimiento” de las zonas afectadas, reducidas a escombros.
Los participantes llevaban pancartas en las que lamentaban la lentitud de las ayudas y subrayaban su voluntad de permanecer en sus localidades de origen, muchas de ellas destrozadas, como son los casos de Amatrice, Accumoli o Arquata del Tronto.
A la manifestación acudieron algunos representantes políticos como el diputado del Movimiento Cinco Estrellas Alessandro di Battista o el líder ultraderechista, Matteo Salvini.
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