De manera unánime, el banco central dirigido por Janet Yellen aprobó comenzar en octubre a desprenderse de manera “gradual y predecible” de su balance de deuda. La cartera de deuda ha pasado de apenas 800 mil millones de dólares en 2008 a los actuales 4.5 billones de dólares, impulsada por la multimillonaria inyección de liquidez para reactivar la economía.
La Fed ya había dejado de comprar deuda dentro de su agresivo plan de estímulo monetario, ideado por su predecesor Ben Bernanke en 2008 y conocido como “relajación cuantitativa”, pero aún reinvertía los beneficios obtenidos por estos activos.
Hay recuperación
Con la decisión de esta semana, el banco central, que ya ha elevado los tipos de interés en tres ocasiones hasta el actual rango de entre 1 % y 1,25 %, da carpetazo definitivo al estímulo monetario aplicado tras la crisis, la mayor vivida en EE.UU. en ocho décadas. Varios indicadores macroeconómicos muestran una sólida recuperación: varios años de crecimiento anual medio del 2 % y una tasa de desempleo en el 4,4 %, tras haber superado el 10 % en 2010; aunque la inflación sigue por debajo de la meta anual del 2 %.
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