Curar heridas y contar la verdad, retos tras la desaparición de ETA

VANGUARDIA LIBERAL - EL NUEVO DÍA
“Seguimos comprometidos contra ETA contra lo que hizo y significó”, advirtió, pues este pasaje de la historia española está escrito “con mucho sacrificio y dignidad”.

La disolución de ETA, anunciada el pasado jueves, da paso ahora a la reflexión sobre cómo sanar las heridas que la banda terrorista generó en la sociedad y cómo contar a las futuras generaciones ese episodio de la reciente historia de España.

Después de más de medio siglo de actividad, más de 850 muertos y miles de heridos y extorsionados ETA “ha desmantelado sus estructuras” y puesto fin “a su trayectoria”, según el comunicado de la banda.

La nota ha encrespado los ánimos de la mayoría de la clase política y de las asociaciones de víctimas del terrorismo porque no hay en ella el menor asomo de autocrítica y tampoco se pide perdón por el daño causado.

El comunicado de ETA señala que la organización nació durante el franquismo y que “surgió del pueblo”.

Numerosos políticos replican que el primer asesinado por ETA fue en 1968 y que la dictadura acabó en 1975, con la muerte de Francisco Franco, por lo que la mayor parte de la actividad etarra ha sido en el período democrático.

Ya en democracia, los partidos considerados el “brazo político” de ETA -y que han tenido diferentes denominaciones- nunca han llegado al 25 % de los votos en los comicios autonómicos y nunca han gobernado la región, aunque sí lo ha hecho en ayuntamientos.

“La democracia española ha vencido a ETA”, resumió ayer el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy en una declaración institucional en la que puso el foco en las víctimas del terrorismo, a las que considera los verdaderos protagonistas del momento, y no “a los asesinos”.

“Nada les debemos (a los etarras) ni tenemos que agradecerles”, subrayó Rajoy, en un discurso cuyo tono comparten otros líderes.

Entre ellos el expresidente regional del País Vasco y expresidente del Congreso, Patxi López (socialista), para quien ETA pretende trasladar que “ellos son los que casi generosamente han concedido la paz, que sus acciones estaban justificadas, que nacieron del pueblo o que el relato de la verdad es el que cuentan. Todo eso es mentira”.

“No vamos a dejar que ellos nos escriban el relato, porque entonces el asesino dejará de ser asesino y la víctima, víctima, y esto no lo podemos permitir si queremos construir una sociedad decente”, dijo López, para quien la derrota de ETA la ha conseguido la democracia.

Para el actual presidente regional vasco, el nacionalista Íñigo Urkullu, el primer recuerdo ha de ser para las víctimas de la violencia y, ahora, se trata de trabajar por “una convivencia con memoria asentada en el compromiso ético, la dignidad humana y los derechos de todas las personas”.

Centenar de activistas huyen de la justicia

La banda terrorista ETA mantiene a un centenar de activistas huyendo de la Justicia española, la mayoría escondidos en países latinoamericanos, en especial en Cuba, México y Venezuela.

José Antonio Urrutikoetxea Bengoechea, alias ‘Josu Ternera’, protagonista del comunicado en el que ETA anunció el pasado jueves su disolución, es uno de esos huidos, así como José Ignacio de Juana Chaos, considerado uno de los etarras más sanguinarios.

Ju nto a Ternera y De Juana, las fuerzas de seguridad españolas incluyen a otros cuatro terroristas entre los más buscados, en el marco del centenar de miembros de la banda que tienen en vigor requisitorias judiciales.

Francia, otros países europeos e Iberoamérica es el lugar donde se esconden los activistas que en la jerga judicial se consideran “legales” al no estar fichados por las fuerzas de seguridad y que tras el cese de violencia quieren seguir “una vida normal” sin haber pagado sus deudas con la Justicia española.

Credito
AGENCIA EFE

Comentarios