¿Qué pasará en Bolivia tras la renuncia de Evo Morales?

VANGUARDIA - EL NUEVO DÍA
La respuesta al vacío de poder en el que ha quedado Bolivia tras la renuncia del presidente Evo Morales, y de las autoridades que podrían sucederle constitucionalmente, está en manos de la Asamblea Legislativa y tendrá que pasar por un acuerdo político.

El anuncio de Evo Morales de dejar la Presidencia de Bolivia, según él para frenar las violentas protestas tras las elecciones del 20 de octubre, está lejos de ser la solución a la crisis en el país, que ahora se encuentra ante un vacío de poder y denuncias de un presunto golpe de Estado.

“Ser indígena y ser antiimperialista no es un pecado (...) El sistema capitalista no es una solución para la humanidad. El peor enemigo de la humanidad es el imperialismo”, manifestaba Evo Morales, el presidente que estaba a solo dos meses de ajustar catorce años en el poder y que renunció a su cargo como mandatario.

El líder del Movimiento al Socialismo (MAS) se va y Bolivia queda próxima a un limbo político.

 

Nadie asume el poder

El artículo 169 de la nueva Constitución boliviana establece la línea de sucesión en caso de la renuncia del presidente, vicepresidente, del presidente del Senado hasta el de la Cámara baja. “En este último caso, se convocarán nuevas elecciones en el plazo máximo de noventa días”, indica.

El MAS, que tiene mayoría en la Asamblea, es el llamado a convocar las sesiones correspondientes para analizar la dimisión de Morales y nombrar a un presidente interino.

Sobre quién recaerá esa responsabilidad es lo que tiene al país en la incertidumbre, pues a los que les correspondería también renunciaron a sus cargos.

Los renunciantes son hasta ahora el vicepresidente Álvaro García Linera, la presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, y el presidente del Congreso, Víctor Borda.

En esa línea de sucesión seguiría la senadora de la opositora Unidad Demócrata (UD) y segunda vicepresidenta del Senado de Bolivia, Jeanine Áñez.

Así, los caminos de la Constitución de Bolivia se agotan para dejar a un encargado del Ejecutivo.

Carlos Böth, doctor en Derecho Constitucional y Exsenador de Bolivia, asegura que la Asamblea Legislativa Plurinacional (Congreso) debe reunirse para elegir a nuevos líderes y establecer un plan de acción.

“El problema no termina. Morales convocó a nuevas elecciones antes de dimitir y también ordenó renovar el Tribunal Supremo Electoral (TSE), por lo que se deben renovar todos sus magistrados para que el TSE prepare las nuevas elecciones”, explica Böth.

A esto se le suma que el periodo legislativo finaliza el 22 de enero de 2020 y quien quede de mandatario encargado desde el Legislativo no podría gobernar hasta después de ese momento, por lo que el constitucionalista afirma que los parlamentarios deben crear una ruta de acción para el país a partir de esa fecha y hasta que se den nuevos comicios.

 

En el limbo

Para el Mas, Evo tuvo un golpe de Estado. Para la oposición, se trató de una renuncia motivada por los hechos de las últimas semanas, en los que el exmandatario quiso reelegirse por tercera vez a pesar de que la Constitución que él promulgó solo permite una reelección e ignorando el referendo de 2016 en el que la ciudadanía dijo no a la reelección.

El 20 de octubre el país celebró sus elecciones regionales y ese mismo día Evo proclamó su victoria. Dichas elecciones fueron cuestionadas desde el momento de su convocatoria por el rechazo en distintos sectores políticos y sociales a que Evo Morales presentara su candidatura para un cuarto mandato.

A pesar de ello, Morales resultó reelegido en unos comicios tachados de fraudulentos, que desataron una ola de protestas con tres muertos y más de 300 heridos.

Tras darse a conocer los resultados de las elecciones, la oposición, desde distintos sectores, denunció un fraude y exigió la celebración de nuevos comicios y la renuncia del presidente.

Ante el limbo en el que se encuentra Bolivia, el expresidente Carlos Mesa llamó al MAS a facilitar la sucesión a Evo Morales, planteó que ellos podrían nombrar un nuevo presidente del Senado que de forma interina ejerza la jefatura de Estado y fue enfático en que no hay un golpe de Estado.

El líder cívico Luis Fernando Camacho pidió la renuncia de todas las altas autoridades para dar paso a un Gobierno transitorio conformado por “notables” que llamen a nuevas elecciones.

 

El día después de Evo

Bolivia sumó 21 días en una huelga general convocada por la oposición. El domingo, como en todas las jornadas anteriores, la gente regresó a la calle ondeando banderas de color verde, amarillo y rojo, vistiendo cascos que simbolizaban el movimiento obrero y montados sobre carros de policía que, con uniformados a bordo, se unieron al grito de “Bolivia libre”.

Ahora Bolivia entra en un territorio poco explorado y que recuerda la crisis política de 2005, cuando la línea de sucesión del mando estuvo a punto de romperse y, a los meses, Evo ganó sus primeras elecciones.

Este 2019, el segundo líder del socialismo en Latinoamérica, se despide con el recuerdo de los años de oro del pasado y el desgaste de sus casi catorce años en el poder.

 

¿Un golpe de estado?

Varios analistas consideran que no es correcto hablar de un golpe de Estado civil o militar, la coyuntura actual es muy distinta a cuando en 2003 Gonzalo Sánchez de Lozada y en 2005 Carlos Mesa renunciaron ante el Legislativo a su cargo de presidente asediados por protestas.

Consideran que existe un vacío de poder porque hasta el momento nadie se ha tomado por la fuerza el Ejecutivo; la Policía y las Fuerzas Armadas por el momento están al margen de las decisiones políticas que se tomen a la crisis.

Pero están las voces que consideran que Morales se vio forzado a dejar la Presidencia, pese a que tras el informe de la OEA sobre las elecciones, el mandatario anunció nuevos comicios con un nuevo ente electoral.

Credito
EL NUEVO DÍA

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