Honduras, entre inundados y los que comienzan a levantarse de la tragedia

Crédito: EFE / EL NUEVO DÍAMiles de hondureños continúan afectados tras el paso de los huracanes Iota y Eta.
Las familias se están levantando para retomar sus actividades, algunas alojadas en albergues o bajo techos improvisados.
PUBLICIDAD

Luego de cuatro días de haber salido de Honduras la tormenta tropical Iota, que causó severos daños a la infraestructura del país una semana después de haber sido azotado por Eta, miles de hondureños siguen inundados y otros incomunicados.

Muchos se están levantando para retomar sus actividades cotidianas, algunos alojados en albergues o viviendo en bulevares bajo techos improvisados con plásticos y láminas de zinc.

Los hondureños más afectados por las graves inundaciones, que dejaron Iota y Eta, son los de la región norte y occidental, por el desbordamiento de los caudalosos ríos Ulúa y Chamelecón, que dejaron a muchas comunidades bajo el agua, situadas en partes bajas.

La limpieza de viviendas, edificios públicos y privados, industrias, fábricas, comercios, mercados, haciendas de ganado vacuno, carreteras, puentes y otro tipo de infraestructura dañada, marcha lenta porque las bandas que dejó Iota siguen causando lluvias en la región noroccidental.

Además, algunos de los damnificados de ciudades como San Pedro Sula, la segunda más importante del país, y su vecina de La Lima, que habían vuelto a sus casas y estaban afanados en limpiarlas, el sábado tuvieron que regresar a los albergues, ante el aviso de una nueva crecida de los ríos, por lluvias en el occidente.

Literalmente, a miles de hondureños les sigue lloviendo sobre mojado y son muchos los que a medida que ha ido bajando el agua, se han topado con la dura realidad de que en su casa solo quedaron escombros o un banco de lodo y basura.

 

Ayuda para labores de limpieza

El sábado, una comisión oficial de alto nivel para la atención de la emergencia causada por las tormentas Iota y Eta en el extenso y fértil valle de Sula, inició con un plan de limpieza, fumigación, tareas de higiene y aseo general de las zonas afectadas en las que ya bajó el nivel del agua.

Para acelerar la actividad, el coordinador de la comisión, Mario Pineda, hizo un llamamiento a las empresas que quieran colaborar con las labores de limpieza, a que se sumen con volquetes y otro tipo de maquinaria.

Agregó que se ha emprendido la limpieza de calles y callejones de barrios, zonas residenciales, caseríos y aldeas donde hay muchas familias afectadas por los daños que dejaron los dos fenómenos naturales, y que varios alcaldes de la región del valle de Sula se han sumado al plan de trabajo.

“Este es el momento de salvar el valle de Sula. Hoy más que nunca hay que ser solidarios con las 125.000 familias que han sido afectadas”, enfatizó Pineda.

 

Credito
EFE

Comentarios