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La primera dosis de la vacuna desarrollada por el laboratorio chino Sinovac y el Instituto brasileño Butantan fue aplicada tan solo minutos después de la aprobación de su uso de emergencia por parte de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa).
La primera inoculación fue aplicada a Mônica Calazans, enfermera del Hospital las Clínicas de la capital paulista, durante una ceremonia presidida por el gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, principal rival político del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro.
“Este es un triunfo de la ciencia, un triunfo de la vida contra los negacionistas, contra aquellos que prefieren el olor a muerte en vez del valor y la alegría de la vida”, declaró Doria en un discurso repleto de críticas implícitas a Bolsonaro, quien no estuvo presente en la ceremonia.
Bolsonaro, uno de los líderes más negacionistas sobre la gravedad de la pandemia, ha cuestionado públicamente la efectividad de las vacunas y llegó a vetar en un primer momento el antígeno promovido por el Instituto Butantan, órgano dependiente del gobierno de Sao Paulo.
Doria, quien ya ha dejado entrever sus aspiraciones políticas de cara a las elecciones presidenciales de 2022, recalcó que la aplicación de la primera vacuna “es una lección” para los “autoritarios” que “desprecian la vida y no tienen compasión”.
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