Nick Holterman era un joven con buena salud, hasta que un día se rasuró con una cuchilla de afeitar que no era suya puesto que, sin darse cuenta, tomó la máquina que pertenecía a su compañero de piso.

Comenzó a padecer problemas físicos como erupciones inexplicables sobre la piel de su rostro e infección respiratoria grave, y tras acudir a un centro médico, le recetaron antibióticos que poco hicieron por mejorarlo. “Me salieron pústulas y llagas profundas en la barbilla y a lo largo de la línea de la mandíbula", relató.

Al ver que su salud empeoraba, y que las heridas aumentaban de tamaño, volvió al hospital donde finalmente, después de varios exámenes, descubrieron que padecía impétigo, enfermedad causada por estreptococos o estafilococos y altamente contagiosa, que de no ser tratada como es debido, puede llevar a la muerte.

“Solo quiero recordarles que no compartan navajas de afeitar ni utilicen las de otras personas. Puedes contraer una bacteria comecarne resistente a los antibióticos, que es extremadamente dolorosa y que supura todo el tiempo”, expresó Nick en New York Post.

Ahora, el joven sigue el estricto tratamiento para recuperarse.