Una historia de amor y dedicación fue dada a conocer por el medio de comunicación Tuko, sobre un humilde padre que fue capaz de vender su casa con tal de que su hijo terminara la universidad y se graduara.

El hombre perdió a su esposa cuando dio a luz, y desde entonces se dedicó a la crianza de su pequeño en una sencilla aldea, mientras trabajaba la tierra como agricultor.

La historia tuvo lugar en las montañas Tailandia, en la comunidad Hmong, conocidos popularmente como Miao, quienes se caracterizan por trabajar en el campo, razón por la que nunca estudian carreras profesionales.

Sin embargo, este padre quiso que su hijo fuera diferente y tuviera otro futuro. Con mucho esfuerzo el joven se graduó, trayéndole inmensa alegría a su progenitor.

“Mi padre es mi mayor orgullo. Gracias por dejarme terminar mis estudios", manifestó el recién graduado de la Universidad Chiang Mai Rajabhat, en medios locales.