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Un total de 4,4 millones de nicaragüenses estaban llamados a votar ayer para elegir al presidente y vicepresidenta de Nicaragua, 90 diputados ante la Asamblea Nacional, y 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
Decenas de nicaragüenses acudieron desde tempranas horas a los centros de votación en diferentes departamentos de Nicaragua.
La presencia de agentes policiales fue notoria en los alrededores de los centros de votación.
Según el Consejo Supremo Electoral, CSE, 15.000 efectivos del Ejército de Nicaragua y 16.665 agentes de la Policía Nacional resguardarán los comicios.
A lo largo del proceso electoral, además del arresto de varios dirigentes opositores, incluidos siete que aspiraban a la Presidencia, las autoridades eliminaron tres partidos opositores y no invitaron como observadores a la Organización de Estados Americanos (OEA) ni a la Unión Europea (UE).
Las protestas
Cientos de nicaragüenses exiliados en varias ciudades del mundo se citaron en la mañana de ayer para protestar por lo que consideran unas elecciones claramente direccionadas y realizadas sin las menores medidas democráticas.
En Madrid, exiliados pidieron a la comunidad internacional que no reconozca las elecciones en Nicaragua y denunciaron lo que califican de un “fraude” electoral orquestado por el presidente Daniel Ortega.
“Democracia ya en Nicaragua”, “Nicaragua, justicia y libertad”, entre otros lemas, se leía en diferentes pancartas durante la protesta en la capital de España, en la que participaron decenas de personas frente al Congreso de los Diputados, Cámara baja del Parlamento español.
Santiago Urbina, de Unidad Nacional Azul y Blanco, que aglutina a colectivos opositores, declaró que estas elecciones deben servir para sacar a Ortega del poder, pues organismos como la Unión Europea o la Organización de Estados Americanos y países como Estados Unidos han denunciado la falta de legitimidad de estos comicios, con candidatos opositores encarcelados y partidos políticos ilegalizados.
Si Ortega prosigue en el poder, en el que lleva desde 2007, en el país centroamericano será imposible acabar con la falta de libertad y las violaciones de derechos humanos, advirtió.
Los nicaragüenses en Estados Unidos iniciaron su protesta ante la sede en Washington de la Organización de Estados Americanos (OEA) y pusieron rumbo a la embajada de Nicaragua.
Durante el recorrido, los manifestantes sostuvieron una enorme bandera nicaragüense azul y blanca, que se ha convertido en un símbolo de la oposición a Ortega y contrata con los colores rojo y negro de las banderas del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (Fsln), el partido del mandatario.
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