Desayuno Huéspedes ilustres

Cuando uno se pone a defender a alguien, tiene que hacerlo con buenos argumentos porque, de lo contrario, puede terminar crucificado.

Por estos días, y a raíz de lo que le ha ocurrido al exministro del agro colombiano, son muchos quienes, aunque no se han alegrado, sí han sentido un fresco; pero también son muchos los que han salido a defenderlo. Uno de estos últimos, no podía esperarse nada distinto, ha sido su expatrón.

 

El problema es que, como quedó tan mal acostumbrado desde cuando ejerció el poder, sigue saliendo a poner el chorro lejos del tiesto. En primer lugar, nadie ha dicho que su expupilo haya robado. Él sí jugó con tierra y palitos como hacen los muchachitos pero, después de hacerlo, se lavó muy bien las manos, así haya sido con sus subalternos.

 

En segundo término, las dos preguntas que hizo, relacionadas con los funcionarios que tuvieron incidencia en el carcelazo de su alumno, se le podrían responder con un interrogante que él jamás ha resuelto, aunque la buena educación indique que una pregunta no se contesta con otra.

 

Al fin y al cabo a él nunca le han importado los buenos modales. Preguntó primero el expatrón: ¿el Magistrado que ordenó el aseguramiento, ha tenido alguna cercanía con el exmagistrado de la Corte Yesid Ramírez? Y siguió preguntando: ¿el delegado de la Procuraduría que apoyó la detención, tuvo algún nexo con (otra vez) el exmagistrado Ramírez? Respuesta: ¿sabe usted quién y por qué razón, ordenó "chuzar" a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, incluyendo al magistrado Ramírez?

 

En cambio, yo sí tengo poderosas razones para defender al encarcelado: creo que el general Ricaurte se equivocó y que, como a su tocayo el héroe de San Mateo, esta situación lo puede hacer volar en átomos, porque sólo a él se le ocurre llevar a ese pobre muchacho a la Escuela de Caballería sabiendo que éste lo único que aprendió de su jefe, sobre caballos, fue a recoger estiércol para abonar tierras.

 

Además, ese sitio está plagado de tétricos recuerdos: de allí el M-19, a través de un túnel que sí funcionó porque no lo hicieron los Nule, sacó un montón de armas, a finales de 1978, en la llamada operación "Ballena azul". Posteriormente, y como consecuencia del "Estatuto de Seguridad" de Turbay Ayala, a esas instalaciones eran llevados los detenidos políticos para que "cantaran aunque no cantaran".

 

Y, para completar el cuadro, siempre se ha dicho que ese lugar sirvió para recluir sobrevivientes de la toma del Palacio de Justicia, de los cuales nunca se supo el paradero. ¿Es justo que tengan a "Pipe" en semejante paraje? ¿Se lo imaginan, en las noches, oyendo los lamentos de almas en pena que deambulan por ahí, sabiendo, además, que tiene como vecinos a dos de los detenidos por los hechos del Palacio de Justicia?

 

No, eso no es posible, es urgente constituir un grupo de rescate que logre sacar al prisionero, así sea por el túnel del M-19, para llevarlo a disfrutar de las comodidades que se merece, en una de las casas fiscales de La Picota.  

Credito
EDGAR ANÍBAL MOLANO LOZANO

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