El Oráculo de Casandra Doña:

Ahora sí me va a tocar recurrir al apoyo oficial. Por culpa de los discípulos de Wilder que se apropiaron de una de las graderías del estadio (sin pagar) y porque les arrebataron un chiro, la emprendieron contra los aficionados del equipo de César Villegas que como siempre vienen a armar alboroto en esta ciudad.

El “combo fumarola”, del que habla Cadavid, se tomó la cancha en el intermedio, le cascó a la Policía y acabó hasta con el nido de la perra en los alrededores del Murillo. Ahora nos sancionaron con dos partidos sin las congruas taquillas y tocará programar los partidos con el estadio vacío.

¿Qué hago? ¿Pido compensación por las taquillas perdidas? ¿Me llevo el equipo a Villavo o a Tame? ¿Me quedo sólo con el negocio de jugadores o nombro de presidenta a Noemí?


Apúrele que tengo que ir a ver si las gallinas ya pusieron.


Gabriel.

Querido exsenador:
No pierdas la fe. Dile a Wilder que catequice, para bien, a los de las barras. Convence a Rojas, el de la moña, que se rape y no joda más en el estadio, pues convencer a los Luises de la angustiosa situación ha de ser fácil ahora cuando se han convertido en habituales asistentes al Murillo.

Consiente al profe Bernal, pues mira como le está sonando la flauta en  Itagüí a Torres, no vaya y sea que tengamos esa otra baja.

Tuya,

Casandra Gandulfo Barbieri Ávalos Duarte González Galavís Coll   

Credito
CASANDRA YATE TIMOTÉ

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