La importancia de los tratados comerciales para Colombia

Colombia emprendió una política integral de negociaciones comerciales con diversos países y bloques económicos, de cara a integrarse al mundo, para cambiar la desueta política implementada en los años cincuenta, que adoptó los principios de la CEPAL, política que cerró las fronteras, mediante altas barreras arancelarias y para arancelarias...

...que al fin de los tiempos lo que generó fue un aparato exportador muy pobre y unos mercados internos abastecidos con pocos productos de baja calidad y altos precios, cuando no de importantes corrientes de contrabando que fomentaron la corrupción en amplios sectores.

Si analizamos los principales productos que exportamos, vemos que todos son de la minería, el petróleo, algunos agrícolas y agroindustriales, con muy poco valor agregado, commodities como dicen los economistas. Estos están sujetos a la fijación externa de sus precios, casi siempre en bolsas extranjeras o dependiendo del vaivén de las economías más fuertes del planeta.

La política cepalina se convirtió rápidamente en la asignación discresional de rentas a empresas y grupos económicos, por parte de las autoridades, en detrimento del consumidor y de una sociedad cada vez más deprimida y empobrecida. No fue la habilidad empresarial sino el acceso al gobierno, lo que generó la riqueza.

Actualmente, se negocia el TLC con Corea del Sur e importantes grupos empresariales están pidiendo que continúen protegiéndolos, como es el caso de los ensambladores de vehículos, entre otros, sector que recibe cuantiosos recursos en forma de subsidios desde hace más de cincuenta años, subsidios que pagan los consumidores y el Estado en cifras que superan los US$400 millones anuales, que van a enjugar las dificultades financieras de grandes multinacionales, saliendo de las arcas de un país con inmensas necesidades y con un déficit fiscal crónico.

Los ensambladores aducen que ellos son los generadores de empleos en el sector automotor, afirmación que no se corresponde con la realidad: de acuerdo con la Encuesta Anual Manufacturera de 2009, emplearon directamente en sus plantas 4.248 personas (1), mientras que en la Encuesta Anual de Comercio, EAC del mismo año, en el comercio directo de vehículos se emplearon 18.150 personas (2).

Por esto, es necesario que el país se siga abriendo al mundo, en este caso a Corea del Sur, pero más aceleradamente, especialmente en materia de vehículos, debido a que los consumidores, el fisco nacional y el medio ambiente en nuestras ciudades, están pagando un costo muy elevado por mantener  esquemas semi-industriales obsoletos, que para mantenerse requieren de altas protecciones y subsidios.
1 Fuente: www.dane.gov.co, EAM, 2.009, categoría 341
2 Ibid. EAC, 2.009, categoría 501

Credito
GLOBO

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