Desde el inicio de la humanidad, el hombre siempre ha hecho cosas de gran impacto para su vida. Primero, inventó el fuego para transformar los alimentos y que fueran mejor digeridos, pero también para adecuar el clima y ser más llevadera su vida doméstica. Sin embargo, el fuego ha servido para la bueno y lo malo, como meterle candela a la biblioteca de Alejandría en la época de César, y para eliminar expedientes y pruebas de narcotraficantes como en el Palacio de Justicia. 

Más tarde inventó la rueda, que es la base de todo lo que se mueve artificialmente; la pólvora, para alegrar las fiestas en la China, poner minas quiebrapata y hasta desaparecer ciudades enteras, y el arado, para transformar la tierra en un medio más productivo.

Una ligera investigación por Internet sobre los principales inventos del hombre nos muestra la creatividad de la ciencia en materia de tecnología y en el área de la ciencia médica. Veamos algunos: la máquina a vapor, la imprenta, el misil balístico, el telégrafo, la primera locomotora, la penicilina, los rayos X, la molécula de ADN, los trasplantes de órganos, la computadora, la aspirina, la televisión, la radio, el avión, los plásticos, el láser, la insulina, la ingeniería genética, la píldora anticonceptiva, el cine, los satélites artificiales, el Internet, la energía eléctrica, los antibióticos, el transistor, el microchip, la computadora personal, el teléfono celular, YouTube, Facebook, la cámara digital, las vacunas (pero no la de guerrilla y paracos), los medios de comunicación masiva, entre otros.

En el área médica, los avances han sido extraordinarios mejorando la calidad de vida y prologándola casi que hasta los 100 años. Entre los mejores aciertos de la medicina podemos resaltar la anestesia, que eliminó el dolor del paciente en las cirugías; los antibióticos, el descubrimiento del ADN y su estructura, desarrollada por Watson y Crick; los rayos X, inventados hace 200 años, para mostrar ese mundo desconocido del cuerpo humano, el cultivo de tejidos y las vacunas.

A finales del sigo XX el hombre llegó a la Luna; allí el gringo, por orgullo patrio y a fin de marcar territorio frente a otros colonos, se orinó y no hizo el mandado completo porque desde la tierra los estábamos viendo. Hoy estamos explorando el planeta Marte, y no tiene nada de raro que antes de 50 años estemos montando procesos de paz con otras civilizaciones, en sitios lejanos del universo.
Todo lo anterior, para demostrar la capacidad creativa de nuestra raza humana. Al hombre nada le ha quedado grande, tan sólo el tratamiento de la próstata en hombres mayores de 40 años, pues no es posible que a estas alturas y con toda esta tecnología todavía la ciencia médica esté utilizando el dedo (el más largo de la mano) dizque para verificar si este pequeño órgano está afectado, pues el examen de la sangre en el laboratorio no es del todo confiable. 
Siendo un órgano tan pequeño sus funciones son grandes, pero el sólo nombre produce pánico entre los hombres de más de 40 años, no porque le tenga miedo al cáncer o a una prostatitis, sino al dedo del médico que lo va a examinar, pues no se sabe si de ese tacto rectal salga uno participando en el desfile gay de la 44 en los carnavales de Barranquilla.

Definitivamente, como dijo Thomas Hobbes, en su libro 'Leviatán', “que en el estado de naturaleza, el hombre vive una guerra de todos contra todos. «El hombre es un lobo para el hombre», pero un lobo con bata blanca.