Señor Presidente: Piedras dijo No a las piedras

La votación, por poco unánime (99.2%), en el municipio de Piedras, en contra de que en su jurisdicción se desarrollen actividades mineras relacionadas con la explotación de oro, ha puesto en manteles derechos de todos los calibres: humanos, sociales, constitucionales, legales, políticos, económicos.

Sin lugar a dudas, después de 22 años de la Constitución Política de Colombia de 1991, aparece en escena una nueva papeleta convirtiendo al Municipio de Piedras en punto de inflexión en el cual hay que definir que tiene más valor la curva o la tangente. 

En este escenario, el Gobierno nacional tiene la oportunidad histórica de escoger, inducir o propiciar una de esas dos líneas cruciales: Hacer valer la institucionalidad (con sus postulados supremos de la democracia participativa) frente a las vías de hecho o poner cortapisas a la voluntad del constituyente primario (agarrándose a títulos de propiedad del subsuelo cuyo valor, dentro del bloque constitucional, es inferior a los postulados de democracia, (Descentralización y Participación)

¿Es posible que el gobierno evalúe con objetividad la consulta del municipio de Piedras? ¿cómo? 

Este entresijo no le pertenece ya a Piedras, si bien es cierto allí se hizo la consulta, ésta sin proponérselo promovió efectos inconmensurables, entre ellos constituirse en el talón de Aquiles del Estado, obligándolo a definir una verdadera política minera.

Con consciencia entonces de que la suerte de Piedras es la suerte de toda Colombia, porque así se caiga la pregunta base de la consulta, la cual ha sido altamente cuestionada, ésta ya cumplió un cometido, posiblemente no el buscado inicialmente pero sí uno mucho más grande: constituirse en la semilla que germinó y se expandió, generando espacios de esperanza en todo el territorio colombiano. 

Lo anterior implica entonces tender hacia la objetividad histórica. Así se extirpe la expresión viva de la democracia en el municipio de Piedras, esta ya se volvió cimiente de voz transversal a Todo, y todo es todo, y sobre esta realidad el Gobierno nacional no tiene otra opción que el ser neutral al sopesar los Derechos y/o intereses que están en juego.

¡Señor Presidente! no permita que el pueblo ni sus agentes de Gobierno se desgasten en la emocionalidad de los intereses que les asiste. Ante este ejercicio democrático, descentralista y participativo vivido, es necesario y urgente el compromiso absoluto de parte suya para abrir y liderar  el debate tendiente a dar respuesta a la disyuntiva planteada. 

Este debate servirá de piso a las coordenadas sobre las que se regirá el proceso participativo y el desarrollo económico. ¡Señor Presidente! siéntese con la comunidad de Piedras, trate de comprenderla, contextualícela, téngale suficiente respeto a la verdad que trae en sí misma, no saque conclusiones artificiales sobre bases jurídicas de segundo orden las cuales, más que explicar una conveniencia de Estado, implica la manipulación para defender una postura económica externa.

¡Indudablemente! el Municipio de Piedras contribuirá a la formación de una crítica y equilibrada conciencia histórica y se constituirá en piedra fundacional de la reconciliación nacional. No prestarle atención ahora aguijonearía al mismo pueblo volcándolo a ser piedra de zapato de cualquiera de las políticas de Estado.

Credito
ROSMERY MARTÍNEZ ROSALES Representante a la Cámara

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