Cómo hacer un proceso electoral con dignidad

Toda campaña política está revestida de tres componentes: la propuesta ideológica, los recursos económicos y la actividad proselitista. Sólo con la combinación estratégica de estos elementos podrá hablarse de una campaña precisa; pero el resultado favorable en cuanto al logro del espacio político deseado solo es factible con la respuesta que dé el pueblo a la misma.

¿Qué factores debe tenerse en cuenta para idear un proceso electoral con dignidad?

Irrefutable es tomar las dos aristas de una elección: el aspirante y quien elige. En las contiendas electorales los candidatos no deben caer en el juego de las declaraciones agraviantes y las opiniones maniqueas; no deben estigmatizar a quienes no coinciden con sus pensamientos; no deben atentar contra la dignidad de sus opositores democráticos; no deben entregarse a sus aspiraciones soportados en los temporales privilegios que trae el poder: Es decir, el candidato debe convocar al electorado con actitudes que sirvan de ejemplo, propuestas legislativas y verdaderas prácticas comunitarias, y el pueblo debe tener consciencia respecto a quien le debe apostar, retirándose de tajo de la práctica recurrente del abstencionismo. El abstencionismo es el borde de una realidad abismal que conlleva al encarecimiento de las elecciones y al manzanillismo; justifica el abandono estatal, la falta de inversión, la corrupción, el fraude, la falta de dignidad y el respeto de los sufragantes.

Las pocas inscripciones de cédulas registradas para la contienda electoral del próximo 9 de marzo son el preludio de un abstencionismo más, y éste, como muestra de inconsciencia o apatía política, debe ser remediado a tiempo. Sea ésta, entonces, la oportunidad para convocar a todos los jóvenes colombianos a ejercer ciudadanía, a ser partícipes en la recuperación de la dignidad no solo de un proceso electoral; con él, la recuperación de la dignidad de la Democracia y la dignidad de todo un pueblo que quiere y espera la recuperación del tejido social para el momento del post conflicto. El Departamento del Tolima y Colombia entera debe reconocer que los dramas humanos, sociales y ambientales que está soportando sólo podrán ser superados si son acogidos en propuestas serias por los aspirantes a cargos de elección popular y si reciben el apoyo consciente de los electores.

Apostémosle, entonces, al juego del voto de opinión, mientras se hace factible el voto obligatorio. Colombia merece dirigentes que respondan a las expectativas de sus electores y no electos producto de cuotas residuales de un abstencionismo.

Empoderemos, para este momento histórico, la frase inmortal de Jorge Eliecer Gaitán: “El pueblo es superior a sus dirigentes”, lo cual conlleva a que todas las personas aptas para votar hagan valer su derecho en forma comprometida. Sólo así se forja Democracia y Desarrollo con Justicia Social. Una Justicia Social: que abogue por la mujer y la igualdad de género; que eduque en el respeto a los derechos humanos y la valoración de las diferencias; que trabaje por una política de desarrollo rural integral y vele para que la salud consagrada como Derecho Fundamental implique que el Estado la garantice sin restricción administrativa o económica.

Representante a la Cámara

Credito
ROSMERY MARTÍNEZ ROSALES

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