Desarrollo económico requisito para la democracia

Hoy me pregunto ¿cuál es el rol del Congreso de la República en la democracia colombiana? ¿Somos conscientes los congresistas de lo que la sociedad espera de nosotros?

No soy el primero en afirmar que el Congreso de la República ha ido perdiendo su capacidad de representar al conjunto de la sociedad colombiana y que esto se refleja, entre otros, en la evaluación negativa que la ciudadanía hace del trabajo legislativo así como en su desconfianza generalizada. Es por esto, que es fundamental cumplir con la tarea que tenemos como parlamentarios, de resolver las deudas sociales existentes y promover el desarrollo para todos los colombianos.

Este nexo entre el trabajo del parlamento en un régimen democrático y la promoción del desarrollo social, no es nuevo. El profesor Guy Hermet por ejemplo, hizo un recuento histórico donde afirma que las revoluciones que en el pasado, lucharon por regímenes democráticos han ocurrido paralelamente con revoluciones agrícolas, industriales y financieras.

Aunque la idea de que el desarrollo económico sea una exigencia previa de la democracia, expuesta por el politólogo estadounidense Seymour Martin Lipset, pueda ser atractiva; el profesor Hermet la pone en duda, al preguntarse qué paso en la Alemania de Hitler en donde una de las sociedades más ricas e intelectualmente avanzadas del momento, en sus últimas elecciones libres, ¿eligió a su propio dictador?

Sea como fuere, creo que la democracia, junto con una labor consciente de los parlamentarios, si es una fórmula efectiva para lograr avances en la calidad de vida de los colombianos. Las cifras del año pasado, según información del Dane, muestran por ejemplo que el 30 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y que existen 2.17 millones de personas sin empleo en el país. Esto es un llamado de alerta para mejorar las condiciones de vida de nuestros compatriotas y de manera concreta para lograr un sistema de salud operante, un modelo de escolarización competente y unas condiciones de empleo y prosperidad que alcancen al 100 por ciento de la población.

Así, podemos decir que ni la riqueza es condición previa de la democracia, ni la pobreza de países como el nuestro, la hacen inalcanzable. El cambio social y político está dado por el trabajo y la rectitud de quienes hemos sido elegidos por el mandato de la gente.

Credito
JUAN MANUEL GALÁN PACHÓN

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