Pensando la economía del desarrollo

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Uno de los actuales retos para el desarrollo humano de nuestra región es alcanzar mayores niveles de equidad ciudadana y aunque se ha presentado mejoras en salud, educación, y esperanza de vida, fenómenos como la desigualdad, la poca movilidad social y la inseguridad han puesto freno al desarrollo del Tolima.

Desde la economía del desarrollo sabemos que la desigualdad atenta contra el progreso en desarrollo humano e inclusive en algunos casos puede llegar a frenarlo.

Según el último informe sobre desarrollo humano del Pnud, publicado la semana anterior, Colombia ocupa el puesto 12 en mayor desigualdad del ingreso entre 168 países del mundo. Revisando las cifras del Dane, sabemos que la desigualdad en nuestro país también se da en el acceso a educación y salud entre hombres y mujeres. Y en el Tolima conocemos que la desigualdad aumentó en el mediano plazo, desde 2004 a la fecha el Gini pasó de 0,49 a 0,55 indicando un incremento en la brecha social.

Este informe muestra, además, que en términos de desarrollo humano Colombia no está bien; en 2011, según el índice de desarrollo humano IDH, el país ocupaba el puesto 91, y en 2012 y 2013 el puesto 98 entre 187 países. Algo en la política de la macroeconomía del desarrollo no está funcionando.

Una explicación para esta situación podría ser que los presupuestos de educación, salud y agua potable no se están invirtiendo adecuadamente y que las políticas para disminuir las brechas no se están enfocando adecuadamente. Por ejemplo, las inversiones en educación no logran mayores niveles de calidad, en salud ocurre algo similar.

Una situación crítica en el país y también en el departamento es la desigualdad regional, hay zonas con alto IDH (Bogotá, Ibagué) y otras con bajo IDH (Chocó, Coyaima), esta situación es indeseable. Las causas de estas desigualdades se explican en la concentración de oportunidades en ciertas zonas y regiones. Si se continúa con este esquema, muy poco va a cambiar. Es evidente que se debe brindar mayores oportunidades a estas regiones sin desatender las requeridas por aquellas que han construido factores de competitividad.

En cuanto a las personas pobres lo deseado es que estas puedan escalar en la sociedad, en otros términos, es deseable que haya altos niveles de movilidad social. El camino para llegar a este fin es aumentar las capacidades humanas; logro educativo alto, vida larga y saludable, y un mayor ingreso económico. Para conseguir los fines de movilidad social se deben crear oportunidades para todas aquellas personas que están en condición de pobreza y desigualdad; la educación en alto grado de cobertura debe ser de calidad, los servicios de salud brindados de manera oportuna y para todos aquellos que los requieran, y los ingresos provenientes del trabajo y la ocupación deben ser estables y duraderos.

Credito
JAIME EDUARDO REYES

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