Muy del Tolima: el tamal y la Virgen del Carmen

.

Historiadores, botánicos, expertos en alimentación precolombina e investigadores de la mitología afirman el origen americano del maíz, producto fundamental en la alimentación del amerindio, cuando llegó el conquistador. (Lucia Rojas de Perdomo. Cocina prehispánica y Víctor Manuel Patiño. Culinaria indígena, entre otros). Los mexicanos lo utilizaban en la preparación de varios alimentos, principalmente el tamal de varios tamaños y con diferentes ingredientes. Unos envueltos en hojas de platanillo y otros en hojas de mazorca, unos con picante y otros solo con masa, unas veces asado y cocinado. Los Pantágoras del valle del Magdalena ponían la olla con agua al fogón, con varias legumbres silvestres y cuando estaban a medio cocer le echaban unos puñados de harina de maíz y después de un rato sacaban lo cocinado para dejarlo refrescar un poco. Lo comían por la mañana y por la noche y al trabajo llevaban porciones envueltas en hojas anchas. El arroz de origen asiático, no era cultivado por los “descubiertos” para ser robados y esclavizados y su ingreso a la dieta del tolimense es más bien reciente. Su utilización en la preparación del tamal tolimense tiene una explicación: hace más fácil y menos costosa la preparación. Algunas personas que elaboran tamales utilizando arroz, le agregan a este aceite del que queda en la lata cuando se saca la lechona del horno, sin lograr el sabor de la masa de maíz. La comercialización, que tanto daño ha hecho al patrimonio cultural, ha convertido el tamal en simple elemento de consumo no relacionado con la autenticidad, que es la mejor herramienta para generar turismo.

La elaboración del tamal exige la paciencia y el cariño necesarios para preparar la lechona, la mistela, la chicha, el bizcocho de maíz y el de achira y la alistad del plátano paso. Y es sencillo:

1.-El maíz trillado se deja dos días en agua.

2.-Se escurre el maíz y con el molino bien ajustado se muele procurando que la masa quede fina.

3.-Se agrega agua a la masa removiendo lentamente, luego se cuela y se deja aparte el almidón.

4.-Se ponen a cocinar la zanahoria, la carne de cerdo, el tocino y las presas de gallina campesina. Una vez cocinadas se sacan del agua.

5.-El almidón de maíz se agrega a la mitad del agua utilizada en la cocción de las carnes y se deja cocinar hasta que espese para dejarla reposar.

6.-En la otra mitad del agua se cocinan las arvejas.

7.-Se cocinan y se pelan los huevos.

8.- La zanahoria se corta en rodajas delgadas y por huevo se sacan cuatro rodajas.

9.-Se prepara el riogo con cebolla junca bien picada, ajo machacado y sal.

10.-Sobre una hoja de plátano desvenada y soasada se extiende una cucharada grande de masa y encima se coloca arveja, una presa de gallina, un pedazo de carne de cerdo, uno de tocino, una rodaja de zanahoria, una de huevo y una cucharadita de riogo.

11.-Se toman los extremos de la hoja de plátano presionando para juntarlas y amarrar fuerte con un pedazo de cabuya, dejando una o dos pulgadas de hoja para el moño.

12.-En el recipiente que con agua se tiene sobre el fogón se acomodan los tamales dejando el moño hacia arriba, dejándolos cubiertos de agua.

13.-Despues de un poco más de dos horas de hervir, se retira el recipiente del fogón. A los tamales se les corta el moño para servirlos. Preferible con arepa delgada de maíz blanco, con chocolate, o chucula si es para los abuelos, cuajada y bizcochos de maíz.

Después de este desayuno tolimense usted queda listo para iniciar el San Juan o el San Pedro o para o para celebrar la fiesta de la Virgen del Carmen, una de las manifestaciones de religiosidad más importantes de nuestra cultura popular. Dice la leyenda que la adoración a la Virgen se inició el 16 de julio de 1251, cuando se le apareció al religioso Simón Stoock entregándole un escapulario con estas palabras: “Hijo mío, recibe este escapulario, signo de privilegio, que he obtenido para ti y para los hijos del Carmelo, el que muera llevando este escapulario será preservado del fuego eterno”. En Colombia, por alguna razón, la Virgen del Carmen es patrona de los conductores, los principales animadores de la festividad donde los párrocos aprovechan este recurso. Desfiles, bendiciones de vehículos, donación de recordatorios, especialmente escapularios y camándulas. Cuando la celebración en provincia incluye misa campal con obispo, esta se convierte en un factor de integración y de solidaridad difícil de encontrar en otras manifestaciones de cultura popular, que logró la Parroquia de El Carmen de Mariquita el pasado 16 de julio. Un desfile de vehículos como si fuera celebrando un triunfo de la Selección Colombia. El obispo mostró que está en la ruta del Papa, sencillo, humilde y en el camino de la renovación. Fue muy claro en mostrar la diferencia entre fe y superstición. Enfático en rechazar toda utilización de la superstición para comercializar la fe. Mandó al carajo los espectáculos comercializados de misas de sanación y similares de rebuscadores de ingenuos y no de fieles. Una buena celebración de los cincuenta años de fundación de la parroquia por monseñor Alejandro Giraldo, hoy a cargo del padre Francisco Javier Quintero.

Credito
HÉCTOR GALEANO ARBELÁEZ

Comentarios