Otra visión sobre las drogas

Tuve dos casos en mi familia de intenso dolor por una enfermedad terminal: el cáncer. Si ambos encontraron alivio en el cannabis medicinal, ¿por qué negarle esta posibilidad a otros colombianos que se encuentran en una fase de agonía o en el último estadio de su vida? Estudios científicos han demostrado que el cannabis medicinal no solo ayuda al manejo del dolor de enfermedades crónicas y terminales sino también a lidiar con los efectos de sus tratamientos como por ejemplo las náuseas, vómitos, falta de sueño, entre otros.

Hoy día, ya no podemos hablar del dolor simplemente como un síntoma. El dolor se ha convertido en una enfermedad en sí mismo, y por eso, hay que tomarla en serio. Ese es el propósito de nuestro proyecto de ley. A diario nos escribe la gente animándonos a seguir adelante con este proyecto contándonos los terribles dolores que padecen por cáncer o lupus y como el uso del cannabis ha mejorado su calidad de vida.

Sin embargo, también escuchamos voces que descalifican nuestro trabajo con argumentos como el de porqué yo como hijo de Luis Carlos Galán asesinado por el narcotráfico, estoy pidiendo que se legalice la droga y la marihuana. Una claridad, nosotros no buscamos liberar el consumo de marihuana sino regularlo y empezar a resolver los problemas de consumo que han venido en aumento en nuestro sociedad.

Lo que no entienden algunos, es que quienes asesinaron a mi padre, fueron las mafias del negocio ilegal del narcotráfico y todos sus aliados en el sector político y en los organismos de seguridad del estado. No fue la droga en sí misma. De hecho, si la droga no hubiera generado ese negocio ilícito, que hoy día produce al año alrededor de nueve mil billones de pesos y le transfiere un poder económico, político y militar a esas mafias, tal vez a mi papá no lo hubieran asesinado.

En últimas, este proyecto no solo busca ser una medida más humana para miles de colombianos en estado de agonía, sino también proponer un cambio en la política de las drogas que efectivamente pueda derrotar las mafias que asesinaron a mi padre, dándoles por donde más les duele: el bolsillo.

Credito
JUAN MANUEL GALÁN PACHÓN

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