Todos por el Federico Lleras

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No hay labor más importante en este momento para la ciudad y el Departamento que salvar al hospital Federico Lleras Acosta. No se trata de un simple hospital que se cierra, sino del centro de la atención médica más importante de la región, donde la mayoría de trabajadores y de personas de recursos medios y bajos del Tolima y departamentos cercanos vienen en busca de aliviar sus padecimientos en salud.

Por eso es altamente ridículo, casi ofensivo, que se diga por parte del Gobierno nacional -y que ello sea aplaudido por nuestra dirigencia política y administrativa haciendo gala de la postura de la política anacrónica, arrodillada, lambona y de títeres, que eso es maravilloso- que la participación del Tolima en la inversión del Gobierno nacional aumentará un 40.6 por ciento para 2015, y será del orden del billón 666 mil millones de pesos, aproximadamente, cuando esos recursos serán para el Túnel de la Línea, los Juegos Nacionales y el Contrato Plan Sur. No hay derecho.

Todos esos proyectos viejos, con los cuales el Gobierno nacional nos caramelea de vez en vez. Proyectos que están en nuestro territorio pero que benefician al país, especialmente al sector industrial y exportador localizado en Bogotá y en zonas cercanas. Mientras ello sucede, el Federico se muere y con él miles de pacientes se quedarán sin un espacio donde ser atendidos.

Pensaría uno que es más importante la salud humana, que cualquier anuncio de plata para más cemento y obras del Gobierno centralista. Más que plata para Juegos Nacionales y construcciones de escenarios deportivos a las carreras, o más anuncios (meros anuncios, para decir verdad) del Contrato Plan del Sur, ese dinero debería destinarse para salvar al Federico Lleras.

Al centro asistencial se le agotaron los recursos, se les terminaron contratos a más de mil médicos, enfermeras, administrativos, de servicios generales, etcétera, se están llevando los víveres y alimentos almacenados, han cerrado unidades de atención, se trasladaron pacientes bajo la mirada complaciente e indolencia de nuestros gobiernos regionales, asamblea, concejos, gremios y parlamentarios.

Atrás quedaron las épocas de campaña cuando ofrecieron a los sindicatos de salud y a los trabajadores del hospital el oro y el moro diciendo que su prioridad sería éste, su funcionamiento, el bienestar del personal y de los enfermos.

Es hora de rodear al Hospital, a sus trabajadores, a sus pacientes, recordar cuántas vidas allí se han salvado, cuántas emergencias vitales se han atendido, cuantas historias de esperanza y nacimiento se han gestado. Todos debemos manifestarnos en favor del Federico por encima de nuestras paquidérmicas y acomodaticias autoridades y liderazgos de coctel, ya sea acompañando las marchas, con cacerolazos, por redes sociales, interviniendo en los medios de comunicación; hoy más que nunca el hospital necesita una movilización ciudadana de amor, en defensa de lo nuestro, de verdadero orgullo por el Tolima y no en favor de la conveniencia del gobierno centralista y sus finanzas.

Porque si el Gobierno quisiera salvar al Hospital y al sector, ya hubiese obligado a las EPS a pagar lo que le deben, hubiera liquidado de un tajo el sistema de intermediación, dejaría más plata de las regalías y otros rubros para salud y menos para, al parecer, -oramos todos para que no sea así- construirle viviendas al Vicepresidente y su campaña. Lo cual nos lleva a preguntarnos ¿por qué no acaba a las EPS? ¿De quién son? ¿Socias de quiénes? ¿En cocteles con quiénes? En fin. También se dice que es que se permiten “cobertura universal” de salud, una cobertura universal sobre servicios que no se prestan y cuando se prestan son pésimos, o no hay insumos ni médicos. Todos por el Federico.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSAN-

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