Urgen soluciones para el Federico Lleras

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Los trabajadores del hospital Federico Lleras Acosta han tenido que hacerse sentir nuevamente para que el Gobierno los atienda. A muchos de ellos les adeuda hasta cinco meses de sueldo, pero ello no es lo que fundamentalmente los motiva a protestar.

Es también su exigencia para que se le ponga fin a la política de abandono que se ha impuesto ante este hospital, que no solo representa el mayor activo de la salud en el Tolima, sino uno de los más importantes del sector público en el país.

Estos propósitos tienen tanta importancia y han sido planteados de manera tan repetida, que los trabajadores se vieron obligados a reiterarlos tomándose pacíficamente la Catedral de Ibagué. Pero no es una excepción.

Lo que reclaman se oye en cuenta movilización involucra exigencias referidas a los problemas que comprometen el buen vivir de los ciudadanos. La razón es muy sencilla: los problemas de la salud tienen un complemento gravísimo, y es que su desatención compromete el derecho fundamental por excelencia, el derecho a la vida, sobre todo cuando solo busca la cura de las enfermedades, sin preocuparse por su prevención.

Nuestro sistema de salud siempre ha sido deficiente. Y esa deficiencia se ha acentuado a raíz de las políticas neoliberales derivadas del Consenso de Washington, las cuales trajeron consigo, entre otras orientaciones, la de trasladarle el mayor número de funciones del Estado al sector privado para que este, obrando en libre competencia, abaratara costos y mejorara su eficiencia y calidad.

Tal orientación le dio origen a la Ley 100 de 1993, a las leyes 1122 de 2007 y 1438 de 2011, así como a varios decretos y reglamentos. Pese a tales disposiciones, en las cuales se fundamenta el actual Sistema de Seguridad Social en Salud, el Estado no ha abaratado los costos de su funcionamiento, ni el sector privado los servicios que le presta al ciudadano, y ni el uno ni el otro han logrado elevar su calidad.

Tal vez ni siquiera lo han intentado, escasamente han ampliado la cobertura, pero a costa de la insatisfacción de los usuarios originales, que lo que ven es hacinamiento por doquier.

Al momento de escribir este comentario, ya había cesado la toma de la Catedral, mas no las acciones de protesta de los trabajadores del Federico Lleras. Pero no es una pelea solo por ellos.

Es por lo que en este momento están necesitando de sus servicios, así como por los que algún día podremos necesitarlos también. Es decir, es una pelea por todos y a todos nos corresponde ayudar a librarla. Ojalá lo hagamos, al menos con nuestra solidaridad.

Credito
RODRIGO LÓPEZ OVIEDO

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