Falta articulación en el Ministerio de Educación

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Resulta inaudito que la Universidad del Tolima no pueda ofertar su programa de Enfermería, pese al hecho de estar acreditado de alta calidad, según da cuenta la verificación y el concepto del Consejo Nacional de Acreditación (CNA), pero ante la no emisión de la resolución de renovación de su registro calificado por parte del Ministerio de Educación previo concepto de la Comisión Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Conaces), no es posible abrir nuevos semestres.

Indiscutiblemente, la Universidad en este momento es víctima de la falta de religancia o articulación que plantea Edgar Morín, en el prólogo del documento denominado, Acuerdo por lo Superior 2034, elaborado por el Consejo Nacional de Educación Superior (Cesu), como propuesta de política pública para la excelencia de la educación superior en Colombia en el escenario de la paz, cuando expresa “… Colombia cuenta con un sistema de educación superior, que aunque consolidada estructural, normativa y organizativamente, se halla desarticulado”.

Es evidente la desarticulación, porque debe estar claramente estipulado que al contar con las condiciones de calidad se acredita o se reconoce la alta calidad de un programa en el país, que por conexidad autoriza la apertura de nuevos semestres, más aún cuando el reconocimiento ha sido recientemente otorgado.

Aquí se pone en discusión la calidad y coherencia de las normas reglamentarias y la interacción entre uno y otro estamento que tiene la obligación de garantizar la disponibilidad de programas de Educación Superior cuando ha sido seriamente evaluado.

Pero la paquidermia que caracteriza al país desde la gobernanza, se ratifica una vez más en sucesos como el que afecta a quienes desean acceder a la educación superior motivados par la alta calidad del programa.

Si este tipo de contingencias continúa, muy lejos está Colombia de garantizar equidad y acceso a la educación superior, como política gubernamental, más bien se puede conceptuar que se vulnera derechos a poblaciones de escasos recursos como aquellos que aspiran a universidades oficiales.

Aquí se va en contravía de uno de los principios de calidad: Hacer las cosas bien desde el primer momento. Le corresponde al Ministerio de Educación iniciar el nuevo cuatrienio con un plan de mejoramiento que permita que la comunicación interinstitucional, sea más efectiva y eficaz.

Se necesita, además, que su propósito sea el de organizarse de tal manera que las respuestas sean rápidas y oportunas, antes de que se les llegue a aplicar el silencio administrativo a favor de las universidades, porque no existe explicación para que las respuestas a traslados de conceptos tarden tanto.

¿Por qué habrá tanto desorden en el Ministerio?

Credito
ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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