Financiación para el posconflicto

Definitivamente se requiere conjugar variados elementos, para hacer cierta la finalidad de la paz, según el estado actual del proceso, entre otros, se debe lograr el término de las conversaciones con un acuerdo conjunto de las partes, desmovilizar y reintegrar a los combatientes irregulares, ratificar por el voto de las mayorías este acuerdo y, sacar adelante la fase del posconflicto.

Es precisamente la fase del posconflicto, la que va a requerir el esfuerzo, ya no solamente de las delegaciones y funcionarios estatales, con la contraparte, sino que su éxito dependerá del aporte de todos los colombianos. En esta materia, vale la pena tener en cuenta un aspecto esencial, que es su financiación.

El costo del posconflicto es alto, desde el punto de vista financiero, aunque no hay elementos de precisión, se han escuchado previsiones de 50 billones de pesos y otras versiones que superan esta cifra. En respuesta a semejante reto, el Gobierno ya tiene prevista una reforma tributaria, la cual sin duda va a ser solo parte de la solución al problema, deben además, hacerse esfuerzos para reducir el gasto estatal, adelantar contactos con otros gobiernos, como efectivamente ocurrió con la visita de la Canciller y el Jefe del equipo negociador, al gobierno español, con el fin de buscar apoyos, de los fondos que en Europa disponen para desarrollar programas de paz en el mundo.

El gobierno también debe incurrir en otras gestiones para soportar el costo del posconflicto, como ocurre con la catalogación del territorio panameño como un paraíso fiscal, hecho que ha tenido las consecuencias esperadas, el incremento en las retenciones a las transferencias que los inversionistas colombianos hagan en ese país, y otras medidas que lógicamente no son de buen recibo para ese gobierno.

Vale hacer la anotación, de que los países que se convierten en “paraísos fiscales”, con sus restricciones a la información sobre los depositantes y montos de los capitales depositados en sus bancos, como ocurre con el caso de los colombianos que trasladan capitales al país vecino, sin proponérselo, terminan favoreciendo la evasión en la tributación de grandes caudales que deben hacer su aporte a las finanzas de los estados para los programas de inclusión, razón que justifica su reglamentación.

Son muchas más, las gestiones y las puertas a tocar, para garantizar el éxito del posconflicto, pero, se debe incurrir en ellas.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO C.

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