¿Escuelas de sicarios?

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Creo que hay un fenómeno en la ciudad al cual hay que prestarle mucha atención antes de que se salga de madre o de control. Se trata de grupos sicariales o escuelas de sicarios que están inmersas dentro de nuestros barrios.

No se trata esto de una alarma innecesaria, de causar mala imagen o de asustarnos, simplemente de que haciendo un repaso por las páginas de este mismo periódico, a lo largo del año, en más de 20 oportunidades, se deja en claro en sus informaciones que capturan a una persona o varias personas relacionadas con sicariato, con que hacían parte o eran cabeza de estas bandas delincuenciales.

No sé si se tratará de una exageración o si ello demostrará una realidad que se empieza a vivir en nuestros barrios y en la capital del Departamento, sobre la cual debemos actuar rápidamente.

El último y más reciente caso fue el de alias “Bichas”, el presunto responsable de una serie de asesinatos en la capital tolimense, del cual éste y otros medios de comunicación dieron cuenta al hacer público su prontuario. Pero, como este caso son varios los que se han detectado y puesto al descubierto por la Policía y los organismos de inteligencia.

Por ello, la reflexión pública que pretendo hacer hoy no es otra que la de advertir que de pronto existe una variable social que nos está mostrando un hecho que viene creciendo y, que tal vez, por el afán del día a día no estemos midiendo o viendo en su totalidad.

Pero más allá de que el repaso de las noticias del periódico puedan estarnos mostrando un fenómeno creciente, lo interesante es que en los comités de seguridad, de discusiones sociales, de análisis de fenómenos de la ciudad se aborden o tengan en cuenta tales indicadores, ya sea para descartarlos, medirlos en su impacto real o tomar cartas en el asunto y evitar así una situación que lamentar después.

No podemos perder de vista que situaciones de grupos delincuenciales relacionados con la venta de estupefacientes, robos, atracos y demás modalidades delictivas se han gestado en otras ciudades del país como Pereira, Armenia, Medellín, Villavicencio, Barranquilla o Cali, evolucionando a verdaderas escuelas de sicarios o grupos de crimen completamente estructurados en sus finanzas y su accionar.

No se puede perder de vista que en su gran mayoría, y como bien lo registran los artículos, son jóvenes e incluso adolescentes los que están conformando este tipo de grupúsculos. Por lo cual, hay que tener en cuenta todas las políticas, inversiones, planes, programas, proyectos y acciones que se estén direccionando hacia ese tipo de población en nuestra ciudad y si ello está logrando algún efecto positivo.

Reitero que con tanta información relacionada con el mismo tema, es necesario prestar atención a la situación para ver lo que realmente está pasando en nuestros barrios y comunas.

Credito
NELSON GERMÁN SÁNCHEZ PÉREZ -GERSAN-

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