El ébola, otra pandemia

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En distintas épocas la humanidad ha soportado diversas enfermedades infecciosas y contagiosas, muchas de ellas se han convertido en epidemias mortales, que luego se han propagado por el mundo. Los virus, por ejemplo, se han desarrollado y expandido en forma dramática, caracterizándose especialmente por su letalidad y resistencia a los tratamientos que la medicina ha dispuesto contra ellos.

Han atormentado a la humanidad en las distintas eras de su desarrollo, pandemias que han discurrido en paralelo a la historia de las civilizaciones e influido sobre su destino. Se destacan la fiebre amarilla, la viruela, el tifus, la peste bubónica, el cólera, la sífilis, el VIH, la influenza y el ébola; este último parece ser un mal, dispuesto a causar grandes dolores al mundo actual.

No hay duda de que hombres y mujeres han contribuido al surgimiento y la propagación de dichos males. Primero que todo, desde la antigüedad las actividades comerciales han producido desplazamientos de personas a través de extensas rutas, con lo que sin proponérselo, han intercambiado, regado y fortalecido agentes infecciosos por las regiones que visitan. Las guerras también han servido como elemento de contagio, por las condiciones en que las tropas a lo largo del tiempo se han enfrentado, dejando en las áreas de confrontación, cadáveres descompuestos y materiales que contribuyen a la diseminación de las epidemias; algo parecido ha ocurrido con la invasión humana de las áreas en que viven las especies animales.

Cuando los europeos ingresaron al continente americano, además de los tratos torturantes que dispensaron a los aborígenes, les precipitaron su exterminio, trayéndoles enfermedades tan catastróficas como la sífilis y la viruela, de esta última se tienen relatos de grandes mortandades indígenas. Tal sería el impacto de estas enfermedades, que los imperios de entonces se vieron obligados a recurrir a los negros del África, que trajeron como esclavos al continente, para reemplazar la menguada mano de obra local.

En las condiciones del mundo globalizado de hoy, en que la movilidad masiva de personas entre todos los continentes es casi inevitable, resulta predecible que el temible ébola tiene alta probabilidad de regarse por muchos países, inclusive antes de que surja la vacuna o el tratamiento adecuado para su control.

Esta circunstancia nos lleva a todos a extremar las medidas de higiene y prevención, que las autoridades dispongan, para evitar ser contagiados por tan temible mal. No existe otro camino.

Credito
PEDRO LUIS ZAMBRANO

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