El milagro del Ébola

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El virus del ébola en África ha permitido que el mundo presencie el tímido surgimiento, de manera real y concreta, de una nueva visión de seguridad internacional, conocida hace más de veinte años como Seguridad Humana, cuyo centro principal de protección, más que los Estados, lo constituye la persona humana.

Esa será, sin duda, la concepción de Seguridad que predominará en el mundo dentro de pocas décadas, cuando la humanidad haya avanzado un poco más en superar sus etapas irracionales de violencia y belicismo.

En ese contexto, se puede analizar y explicar el encuentro, la alianza, “el trabajo codo a codo” -como lo llamó Raúl Castro-, alrededor del propósito común de combatir el ébola en África, que acercó momentáneamente a dos actores internacionales enfrentados hace décadas, EE.UU. y Cuba, que representan nada más ni nada menos, que la expresión emblemática, tanto de capitalismo a nivel mundial como del socialismo latinoamericano. Algo históricamente, bien interesante.

Y, en dicha experiencia de unidad humanista, Cuba y su modelo de desarrollo, sale de entrada muy bien librado. Comprueba que a pesar de sus limitaciones y sobre todo de los bloqueos imperialistas, es una potencia en educación y salud.

Y, algo más importante: su coherencia entre teoría y práctica en calidad de Estado Socialista, teniendo en cuenta que al capitalismo lo rige –entre otros factores- el propósito de ganancias personales y monopólicas bajo las leyes de oferta y demanda, mientras que el socialismo, por esencia, está orientado a garantizar la vigencia y disfrute de los derechos inherentes a la dignidad humana: el hombre como alfa y omega de la sociedad, decían hace décadas los apóstoles de dicha concepción del mundo y la sociedad.

Pues bien, en esto de la solidaridad para combatir el virus del ébola en África y prevenir su expansión, Cuba es coherente con su prédica socialista, o sea, no esta cañando.

Ha enviado a más de cuatro mil cubanos a 32 países africanos a colaborar en temas de salud y de manera especial a más de cuatrocientos especialistas y enfermeros para combatir el ébola en Liberia y Guinea, que ya ha acabado con la vida de más de cuatro mil quinientas personas.

Lo significativo de esta solidaridad cubana, está en registrar que la Unión Europea, aporta recursos económicos, pero no personal sanitario para afrontar la epidemia, menos aún en las dimensiones ofrecidas por Cuba.

Queda pues evidenciado, por ahora, y frente a esta emergencia de salud, que cada sistema entrega lo que tiene: el capitalismo, recursos económicos, el socialismo recursos humanos.

Una histórica experiencia, que ojalá más temprano que tarde, se refleje en alianzas internacionales para afrontar el cambio climático, y sobre todo –algún día- para eliminar el hambre, la desnutrición, la miseria y la desigualdad imperante en la inmensa mayoría de los pueblos del mundo.

A eso aspira el socialismo como objetivo estratégico de la humanidad. Por ello, el ejemplo de Cuba es realmente alentador. Afortunadamente.

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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