Senador por encima de la ley

Para proteger a un país de graves amenazas a la seguridad y la defensa nacional, es necesario amparar con reserva la información de inteligencia. Más de cinco años después del escándalo de las interceptaciones del DAS, los colombianos volvemos a presenciar actos dolosos en el manejo de información reservada.

Se trata de nuevo, del senador Álvaro Uribe, quien viene utilizando las redes sociales para filtrar información confidencial. No es la primera vez que lo hace, al parecer, al senador se le ha convertido en costumbre revelar datos sobre operativos militares y movimientos guerrilleros, sin cuidado alguno del impacto que esta filtración pueda tener en la seguridad nacional, la estabilidad del régimen democrático, los recursos públicos o en la vida de los agentes de inteligencia que se encuentran en medio de operaciones.

Este no es un comportamiento inocuo. La violación de la reserva esta taxativamente penalizada con prisión de uno a tres años, para quien se entere indebidamente del contenido de una comunicación privada y con hasta cuatro años de prisión si se revela el contenido de tal comunicación. Adicionalmente, el Código Penal establece que la pena de prisión podrá llegar a ser hasta de 12 años, cuando se releven secretos militares relacionados con la seguridad del Estado. Estas sanciones penales, se apoyan en la actual ley de Inteligencia que establece que ninguna información de este tipo podrá ser obtenida con fines diferentes de mantener la vigencia del régimen democrático, la integridad territorial, la soberanía, la seguridad y la defensa de la Nación; entre otros. En este marco, tanto la persona que está facilitando la información dentro de la Fuerza Pública o dentro de los organismos de inteligencia, como el propio senador Uribe, estarían violando el ordenamiento jurídico vigente.

Esta es una conducta gravísima no solo por los bienes jurídicos que se ponen en peligro, sino por la calidad de su protagonista. Me refiero a que el senador Uribe no es un ciudadano cualquiera, por el contrario, ocupó durante ocho años la presidencia de este país y conoce en detalle lo delicado de revelar información de inteligencia o reservada.

Por todo esto, hago un llamado a las autoridades competentes, para que investiguen estas conductas e impongan las sanciones a que haya lugar, para impedir que usos arbitrarios de las funciones de inteligencia, vuelvan a hacer carrera en el país.

Credito
JUAN MANUEL GALÁN

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