Ojo con los candidatos

Julio A Londoño B.

Es cosa repetida por los gobernantes que los recursos fiscales son escasos y que no alcanzan para atender a las necesidades de las diferentes comunidades, bien sean de tamaño parroquial, municipal o nacional. Y hay que creerles. Claro que somos más propensos a creerles a los alcaldes con clara reputación de honradez y de reconocida capacidad administrativa, que a otros a quienes sus vecinos señalan por las malas ejecutorias o por indicios evidentes de enriquecimiento veloz durante su gobierno. Tampoco se les cree a otros, de malas ellos para “enganchar” con la credibilidad. Basta mirar los resultados de las ciudades cómo vamos, para descubrir el agua tibia y ver que casi todos los alcaldes de estos municipiostienen una mala percepción de su imagen.

Específicamente, en Ibagué, apenas el 15% tiene confianza en su alcalde y el 18% cree que hace una buena gestión, según la Encuesta de Percepción Ciudadana de Ibagué Cómo Vamos. Es decir, difícilmente uno de cada siete ibaguereños confía en nuestro alcalde. ¿Qué pasó con la confianza que le tuvieron el día de la elección?

Ahora, a los alcaldes los elegimos para que administren con los recursos disponibles. Ellos conocen de antemano la situación fiscal de los municipios que pretenden gobernar. O deberían conocerlos, si es que son responsables al hacer sus propuestas y promesas a los electores. Saben, desde cuando son candidatos, de cuánto dinero dispondrán en cada uno de los cuatro años de gobierno. (Y, algunos, saben cuánto de eso irá a los carteles de la contratación y a sus propios bolsillos). Entonces, durante estos ocho meses que faltan para la elección de los próximos alcaldes, tenemos la obligación de ciudadanos demócratas de preguntar a los candidatos, hasta la saciedad, por la relación que existirá entre la disponibilidad fiscal (cuánta plata hay) y los programas y promesas de gobierno.

¿Que van a completar el acueducto complementario (iluso que es uno)? Listo, ¿con cuánta plata y en cuánto tiempo? Podrán ofrecer que van a poner jornada única escolar en todo el Municipio. Que digan también con cuántas aulas nuevas, con cual dotación y con qué profesores… y con cuánta plata. Así, por todo el espectro de los temas del Municipio y del Departamento. Tenemos que tener el ojo bien abierto para que no nos aparezcan elegidos alcaldes cuyo único propósito es venir “a por el oro de América”.

Otra cosa: Si se daña un tramo de alcantarilla, Ibal debe excavar, reponer la tubería y tapar. Tapar significa hacer un relleno con técnica, con materiales de base debidamente compactados y con una capa de asfalto igual o mejor que la que existía antes del daño. ¡Tal como hicieron en la calle 12, en donde un hueco casi que se engulló a un camión de la basura! Digo yo…

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