Opinión: #YoQuieroLosJuegosNacionales pero…

Alegría, júbilo, expectativa, ilusión y optimismo fueron algunos de los sentimientos que embargaron a cientos de miles de tolimenses el pasado 31 de marzo de 2012, una vez conocimos la noticia de que el Gobierno nacional, después de 40 años, aprobó la designación del Tolima, junto con el Chocó, como sede de los XX Juegos Deportivos Nacionales y IV Paranacionales.

Sin embargo, tres años después, estos mismos sentimientos se han transformado en preocupación, impaciencia, ansiedad e incertidumbre.

No creo, y me resisto a creerlo, que existan tolimenses que les alegre o sientan satisfacción en que exista la posibilidad de que las mencionadas justas deportivas no se lleven a cabo en nuestra región y sean enviadas a otros departamentos.

Hay que ser muy bellaco para hacerlo. Pero tampoco ese optimismo puede inducirnos a dejar de cuestionar y denunciar aquellos hechos y circunstancias que han llevado a que hoy, faltando 202 días para iniciar los Juegos Nacionales y Paranacionales, las obras de infraestructura necesarias para que sean una realidad apenas arranquen.

Todos queremos los Juegos, no hay duda de ello, como tampoco queda duda de que se realizarán; la gran incógnita es: ¿Qué parte de ellos se quedarán en nuestra tierra? Es claro que no todos los escenarios deportivos estará listos para el 7 de noviembre y que de los mismos dependerá directamente la ejecución o no de las justas. 

A manera de reflexión, las inversiones en materia de escenarios deportivos sólo para Ibagué, conformados principalmente por Coliseo mayor, estadio de atletismo, complejo acuático, patinódromo, pista de BMX, cancha de tejo, estadio de sóftbol, coliseo menor, Edificio multideportes, ascienden a $139.704'461.457 millones.

Si dividiéramos el valor total de las obras que se piensan ejecutar por el número de días que faltan para que inicien los juegos estaríamos hablando de una ejecución de presupuesto en obra de $691.606.244 millones de pesos diarios. ¿Es posible? Experimentados ingenieros y arquitectos consultados al respecto señalan que no. Otros, un tanto más optimistas, piensan lo contrario, argumentando que con un cronograma de obras bien planeado, trabajando siete días a la semana, 24 de horas al día, es posible lograrlo.

Pese a estas posiciones encontradas surgen nuevas circunstancias que preocupan aún más a quienes queremos y hemos trabajado para que los Juegos Nacionales y Paranacionales sean una realidad y que no pueden por tal motivo desconocerse y menos obviarse: La solidez financiera del consorcio Unidad Deportiva, contratista seleccionado para las obras de los escenarios de la calle 42. ¿Por qué la preocupación?

Pasó más de un mes desde la adjudicación del contrato y este consorcio, conformado por la firma española Grupo Ortiz, y las sociedades Triventi Ingeniería S.A.S. y Diseño e Ingeniería Especializada S.A.S. no habían podido legalizar dicho contrato por ausencia de pago del importe correspondiente a estampillas y demás gastos de legalización, cuyo monto está por el orden de los $1.500 millones de pesos, para un contrato que asciende a los $40.000 millones de pesos.

¿Será posible que este mismo consorcio tenga la capacidad financiera real para responder con la carga operativa, laboral y prestacional de la que requiere un contrato de obra de esta magnitud? La historia nos lo dirá, mientras tanto el tiempo sigue corriendo, las obras del Parque Deportivo aún no se adjudican y nos corresponde a tod@s los tolimenses convertirnos en veedores ciudadanos de las inversiones a ejecutarse para la realización de esta gran fiesta deportiva.

Credito
CAMILO E. DELGADO HERRERA

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