Fiesta de los niños

Columnista Invitado

Sería bello celebrar esta fiesta de los niños, que nos llenan de ganas de vivir, de luchar por todo lo que constituye su vida. Cantar a Dios por su existencia, que prolonga la nuestra, hace grato el día a día y visible el amor, porque ellos son un pedazo de esa vida maravillosa con sus alegrías y sus luchas, sus rabietas y equivocaciones, sonrisas y realizaciones.

“La paz y la guerra empiezan en el hogar. Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias. Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro, precisamos que toda familia viva feliz”. (Teresa de Calcuta).

¿Tendremos familias felices celebrando el horror y la muerte, llenando de miedos a los pequeños? Al pensar en la llamada celebración del Halloween, debiéramos preguntarnos: ¿Somos conscientes de todo lo que implica esta costumbre?

Al visitar los centros comerciales y recorrer los barrios vemos cómo toda la celebración y decorado la constituyen tumbas, puñales, esqueletos, demonios, monstruos y oscuridad, celebrando a la muerte y no a la vida.

¿Es acertado esto en un país de violencias, abandono, muerte de inocentes y en búsqueda de la paz, de la que aún no vemos respuesta cierta? Es necesario el hincapié en lo negativo, la destrucción, el terror de la violencia que nos ha ensangrentado y llenado de pesadillas y sangre derramada; con la que en muchos casos ensangrentamos los rostros de los pequeños, con imágenes de vampiros y brujas, símbolos del mundo oscuro, que no conocemos pero que ha pesado sobre nuestra historia en un camino de dolor e ignominia.

La lucha de quienes hemos formado hijos contra una realidad de droga, alcohol, corrupción, sexo y plata mal habida es grande. No celebremos la noche de las brujas, más bien vivamos la “Fiesta de los niños” en el camino del amor y la paz.

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