El machismo, un fenómeno vigente

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

Una encuesta elaborada por Gallup, en julio del año anterior en 22 países latinoamericanos sobre el machismo, concluye que Colombia y Perú obtienen los peores resultados en este tema, sólo el 20 por ciento considera que la mujer es respetada.

Igualmente, en el estudio ‘Tolerancia social e institucional sobre la violencia basada en género’ hecho por la Presidencia de la República y las Naciones Unidas, aterra que buen porcentaje de los hombres culpa a las mujeres por la violencia ejercida contra ellas.

El 75 por ciento de los hombres considera que no debe ser incitado a la violencia si está irritado; el 59 por ciento piensa que si las mujeres están vestidas de manera sensual, se exponen a ser violadas; el 41 por ciento, que la mujer debe dedicarse a formar sus hijos y a cocinar; el 32 por ciento, que la mujer debe ser controlada por el hombre. Se estigmatiza a la mujer en cuanto a oficios que se atribuyen como únicos para su género, entre ellos todas las labores que tienen que ver con el aseo, el orden y la formación de los hijos, entre otros. ¡Qué equivocación!

Estos resultados producen indignación en pleno siglo XXl, cuando las mujeres se han emancipado en alto porcentaje y hacen parte del 52 por ciento de la población, que ha ganado reconocimiento y derechos que garantizan igualdad de condiciones, que sin embargo, no se hacen respetar ni cumplir en su totalidad.

Colombia sigue siendo un país altamente machista, e infortunadamente la mujer promueve estas prácticas en la formación, en las charlas y posturas críticas hacia el mismo género. No hace muchos días, el país comentaba un video viral, producto de la infidelidad de un sujeto a quien nunca se le señaló, ni de boca de la esposa y mucho menos de quienes con espíritu morboso comentaban el video o hacían parte de la escena, la culpable siempre fue la “dama de compañía” que tuvo que bajarse del carro.

¿Y es que acaso, el infiel esposo no le propuso el filtreo? ¿La única en escarnio público fue ella y en qué momento a él se le llamó con algún epíteto como el utilizado una y otra vez contra la entrometida dama? Y como si fuera poco, los testigos del bochornoso escándalo atizaban la ira para que la esposa, ofendida, la golpeara a ella, jamás hubo juicio contra él.

Pero además, un buen número de mujeres con facilidad se descalifican entre sí, no se vive la solidaridad de género, no se apoya a una candidata femenina con la fuerza que lo logra un hombre. Se espera que los electores de Estados Unidos den ejemplo eligiendo a la primera mujer presidente, quien además cuenta con el apoyo de su esposo. El mensaje es contundente, Hillary Clinton merece un trato equitativo, más cuando es la única candidata en la disputa por la Presidencia.

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