Glivec (Imatinib), medicina de interés público

Pablo Isaza Nieto

El Gobierno colombiano, en cabeza del Ministerio de Salud y su responsable, Alejandro Gaviria, expidió la Resolución 00007425 de 14 de junio de 2016, que declaró como medicina de interés público el Imatinib, de nombre comercial Glivec, usado para el tratamiento de la leucemia mieloide crónica. La declaratoria de interés público se basó en sólidos argumentos legales que involucran la Constitución colombiana y el complejo entramado nacional e internacional de las patentes, así como leyes y decretos nacionales que apuntan a proteger la salud pública, especialmente a quienes padecen la leucemia mieloide crónica, un tipo de cáncer que se inicia en ciertas células productoras de sangre de la médula ósea.

La controversia de los países menos desarrollados respecto a las patentes y exclusividades sobre la propiedad intelectual de medicamentos creados por los países y empresas que tienen capacidad de hacerlo, es un problema de vieja data. ¿Prima el interés de salud pública de los ciudadanos de un país o priman los intereses de una empresa farmacéutica? Estas alegan que producir un nuevo medicamento es muy costoso y que tienen que recuperar la inversión. Estaría bien. Solo que se les va la mano en mucho y dependiendo de la legislación de los países, laxa o restrictiva, recuperan la inversión en forma exagerada.

La Organización Mundial de la Salud ha promovido mecanismos para lograr que más medicamentos lleguen a las poblaciones especialmente las más pobres. Entre ellas los denominados medicamentos esenciales.

Ilustrativo de la controversia es lo sucedido en Colombia y la reciente declaración de medicamento de interés para la salud pública del país. La India, país que se distingue por tener una de las industrias de genéricos más importantes, US$26 billones, y que surte a los países pobres con genéricos, enfrentó a la trasnacional Novartis por los altos precios del Glivec declarándolo de interés público. La trasnacional demandó y habiendo entrado a litigio, la Corte Suprema de Justicia otorgó la razón al gobierno de la India. Las amenazas y presiones diplomáticas y económicas por parte de Novartis fueron la constante. El Gobierno consideró que a más de favorecer a trecientos mil pacientes que utilizaban el medicamento, serviría de modelo para otros países como ocurrió con Filipinas, Argentina y ahora Colombia

En la revista ‘Global Health’ se publicó un artículo muy cercano a la reciente declaratoria de interés público de Colombia denominado ‘Patentes o no patentes, el caso de Novartis y Glivec en la India’, escrito por los doctores Ravinder Goblle, profesor de la Universidad de Toronto (Canadá), y Jillian Clare Kolher. El artículo hace un recorrido por años de litigio y demandas. En sus conclusiones afirman que “el caso sienta un importante precedente. Este caso ilustra cómo India está respetando sus obligaciones globales sobre las leyes de propiedad intelectual y garantiza al mismo tiempo que se respeten las necesidades nacionales interpretando sus obligaciones legales de una manera acorde con las necesidades y preferencias nacionales”.

Colombia se suma a los países que buscan un equilibrio entre los intereses trasnacionales y la salud de la población.

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