¿Pacto por la equidad?

Columnista Invitado

En lo que quede del proyecto de Plan Nacional de Desarrollo que presentó Iván Duque al Congreso quedarán consignadas las que serán sus políticas, tanto en lo político propiamente dicho, como en lo económico y social. Su texto es actualmente tema prioritario de discusión en el Congreso de la República, de donde saldrá convertido en Ley.

Esto amerita que su estudio también sea una prioridad en el resto de la sociedad, sobre todo porque su contenido la afectará de manera directa, para bien o para mal.

Las organizaciones sindicales y pensionales, como expresión que son de los intereses de los trabajadores, han estado cumpliendo esta tarea, y ya le han detectado unos cuantos artículos que atentan en materia grave contra sus intereses, razón por la cual están orientando su rechazo. Esta es la razón por la cual tal rechazo encabeza el pliego de exigencias que le da sustento al Paro Cívico Nacional que se realizará este próximo jueves 25 de abril.

De ese conjunto normativo se desprende que no debemos esperar ningún cambio en las orientaciones que le dieron al país, durante 24 años, los últimos cinco gobiernos.

Si las líneas gruesas del proyecto se aprueban, Iván Duque, continuará por el camino de otorgarle al capital privado, nacional y extranjero, mayores beneficios, entre los cuales seguirán siendo prioritarios los tratamientos tributarios especiales a las nuevas inversiones, además de nuevas reformas laborales y pensionales como mecanismos para reducir costos de nómina.

Como evidencia está la intención de introducir la forma de contratación por horas, obviamente sin estabilidad ni prestaciones sociales, y la inclusión de los pensionados en el régimen tributario.

De naturaleza igualmente perniciosa es el tratamiento que recibirán los acuerdos de paz, cuya financiación no solo es deficitaria, sino que está esparcida por diversas entidades, lo cual hará difícil su control fiscal.

Esta es una forma de darle cumplimiento a las amenazas del uribismo de hacer trizas los acuerdos de paz, lo cual agrava la situación de los reincorporados, de quienes asesinaron el año pasado a 113 excombatientes y 29 en lo corrido de 2019.

No habiendo espacio para más, terminemos diciendo que si algún nombre hay que darle al Plan Nacional de Desarrollo, este no puede ser “Pacto por Colombia, pacto por la Equidad”. Al contrario, su contenido conducirá a que sea la inequidad lo que prime en su ejecución, razón por la cual su rechazo es uno de los puntos más importantes del pliego de exigencias del Paro de este jueves, y una motivación extrema para que la participación ciudadana en el mismo tenga tal envergadura que obligue al Gobierno a reconsiderar su contenido.

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