La familia es primero

Columnista Invitado

En estos tiempos en los que abundan las enfermedades y los problemas de tipo emocional, resulta necesario hablar de la importancia de la familia como base fundamental de la sociedad.

No debe haber duda de que el núcleo familiar es la célula principal donde se aprenden los valores más significativos de la vida, relacionados especialmente con la conducta y las buenas costumbres; aprendizajes que se ven reforzados en las distintas estaciones que realiza un ser humano en la etapa educativa a lo largo de su existencia.

Con el pasar de los años, ese concepto de familia ha variado de múltiples formas, no solo por la conformación de nuevos modelos, sino también por el cambio cultural de asumir lo cotidiano de manera diferente.

Hoy, por ejemplo, las familias son bastante divididas, y a diferencia de hace algunos años, ese momento especial de compartir el almuerzo o la cena, ha sido remplazado por las aplicaciones de celular para pedir un domicilio, el cual cada integrante de la familia toma en su habitación.

Por estos días en donde la mujer juega un papel preponderante en la sociedad, las formas de relacionarse también han cambiado, y el tiempo para los hijos es poco en comparación con otras épocas. Hoy en día los niños crecen al lado de una niñera, y es entendible cuando se tienen grandes responsabilidades laborales.

Sin embargo, el llamado debe ser para entender que, aunque los colegios, las famosas “nanas” e incluso las abuelitas pueden cumplir un excelente papel con los niños de esta generación que crecen y comparten menos tiempo con sus padres; la responsabilidad del núcleo primario jamás debe desligarse o quedar en un segundo plano.

Todos los seres humanos, incluso, quienes ocupamos cargos públicos o ejercemos responsabilidades que demandan gran parte de nuestro tiempo y máximo esfuerzo; somos reemplazables y nunca indispensables para ninguna institución.

Por ello, jamás sobrará un momento para compartir con los seres más cercanos, pero especialmente para enseñar, educar y afrontar los problemas de los hijos y compartir sus triunfos. ¡La familia siempre será primero!

Columnista invitado

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