Y ahora... ¡la educación!

Aunque declaré públicamente mi decepción por las dos opciones que se disputaron el poder en esta etapa final de la elección presidencial y dije que ningún cambio estructural podría esperarse con ninguno, lo cierto es que hoy 16 de junio la función debe continuar.

El país ha escogido a un nuevo Presidente para los próximos cuatro años y a pesar de que el punto central de discusión fue el proceso de paz, el ‘buen gobierno’ significa mucho más que la agenda de negociación de La Habana.

Las urgentes reformas a la salud y la justicia, la disminución del desempleo y la garantía de agua potable y servicios públicos en cada rincón del país son parte de la ambiciosa agenda que tendrá que sacar adelante el primer mandatario.

Pero me temo que ninguno de los anteriores asuntos solucionarán de manera integral los problemas sufridos por la Nación, si la educación sigue siendo un asunto de quinto o sexto renglón.

Los programas de atención prioritaria para la primera infancia deben fortalecerse. La implementación de la jornada única en la que coincidieron tanto Santos como Zuluaga tendrá que convertirse en una realidad para estimular una educación media de calidad sin espacio para el malsano ocio de nuestros niños y jóvenes que conduce a la criminalidad en las ciudades.

Hay que rodear de garantías a los educadores y enaltecer el espacio que ocupan en nuestra sociedad. Ello no les excluye de ser los primeros evaluados para asegurarnos de tener a los mejores. El asunto seguirá siendo polémico pero el próximo Ministro de Educación deberá medírsele sin falta.

El incremento del gasto público en educación hasta llegar al 7 por ciento del PIB con plena corresponsabilidad del sector privado -como lo pactaron los candidatos a través del ‘Gran Acuerdo por la Educación’ será de vital importancia para avanzar efectivamente en este propósito de un país bien preparado.

La bienintencionada pero no suficientemente buena ministra María Fernanda Campo tendrá que dar un paso al costado. ¡Que llegue alguien mejor, sin duda! y que al Presidente le importe tanto como la paz y la seguridad este tema vital de la educación.

Credito
JOSÉ MANUEL ACEVEDO M.

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