Imperdonable es seguir hacia el abismo

Alberto Bejarano Ávila

No es fácil mantener la línea que uno cree es la correcta para intentar hallar la puerta de la nueva era para el Tolima.
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Los viejos, injustos y crecientes males que sufre la sociedad y que de diversa forma golpean los entornos familiares claman pronta solución, pero, es la verdad y de ella deberíamos estar conscientes, ninguna solución es posible en el corto plazo, pues así como los problemas son “una bola de nieve” que rueda desde hace muchas décadas, las soluciones, aceptémoslo, sólo se alcanzarían en el mediano y largo plazo, siempre y cuando empecemos ya a andar por otra vía, que no sea la misma que desde hace más de diez lustros nos hacen transitar quienes mentirosamente ofrecen soluciones a tutiplén para escamotear votos que les permita profanar lo público y así lograr poder, honores y riquezas indebidas.

El justo clamor por las soluciones induce usualmente a amigos y conocidos a sugerir que en el ejercicio de garrapatear ideas plantee soluciones a asuntos concretos, ej. empleo, espacio público, agua, medio ambiente, seguridad, vías rurales, deterioro de la malla vial, etc. Hasta de Afganistán un buen amigo me sugirió escribir, cuando de tal tema apenas sé lo que sabe alguien más o menos informado. A ellos les digo que (salvo para Afganistán) sí he propuesto iniciativas concretas (Casa de las Colonias, Casa del Tolima, Cañón del Combeima, Consorcio Aguas del Tolima, Feria Agropecuaria, Otra Realidad Política y más ideas y que, además, leo de los buenos pensadores ideas lúcidas y pertinentes sin destino alguno, dado el desinterés y la sordera de gobiernos apocados cuya gestión va en contravía del desarrollo tolimense.

Hilando artículos anteriores, respetuosamente digo que el atraso tolimense no radica en la falta de ideas y sí en la majadera, corrupta, incompetente, demagógica y miope práctica de la política que hoy es talanquera del progreso regional, un estorbo que acabará cuando los tolimenses, ojalá todos, unidos y “desoyendo cantos de sirena”, nos decidamos a desatar el nudo gordiano que nos unce al atraso y creamos condiciones culturales y de organización para que se ejerzan liderazgos sociales, económicos y políticos basados en un gran proyecto de región que parta de la complejidad sistémica o del todo para así diagnosticar y recetar con eficacia la cura a tanto problema. Los tolimenses sufrimos graves males, conocemos sus causas y creo que también la solución, pero falta decisión empezar a trasformar al Tolima.

Si bien ésta visión de lo regional no da rating, cosa trivial, lo importante es intentar persuadir a los tolimenses de buena voluntad de la necesidad de romper con ese estado de cosas que arruinan al Tolima y crear condiciones morales, éticas, identitarias, ideológicas y electorales para no seguir por el camino que lleva al abismo e intentar un nuevo rumbo, con autonomía, cohesión social y liderazgos legítimos. Los males agobiarán hasta cuando hagamos explícitas sus causas y talanqueras y creemos un frente común para detener el diferido, imperdonable vergonzoso y masoquista tránsito hacia el despeñadero.

ALBERTO BEJARANO ÁVILA

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