Pacto no escrito

Alex Granados Trujillo

El país sufrió en su historia reciente dos crisis económicas muy fuertes, en el año 1999 y luego con el terremoto en el eje cafetero; la siguiente gran crisis que se viene será generada a causa de la pandemia Covid-19.
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La incertidumbre es grande, el miedo, la ansiedad en todos los niveles es impresionante.

En lo económico, el Gobierno nacional ha tomado dineros de los gobiernos locales como una especie de auto-préstamo para financiar los impactos de la crisis que hasta ahora comienza; los expertos aseguran que se requieren unos 22 billones de pesos adicionales y es muy seguro que el FMI sea quien lance el salvavidas a Colombia con endeudamiento.

Los problemas para atender ahora por parte del Gobierno nacional y los gobiernos locales; son las adecuaciones de las instituciones de salud para cuando esto se ponga mucho peor; y llevar algo de comida a las familias más pobres; se presenta otro problema y es que las microempresas y Pymes no van a soportar más de dos meses cerradas sin generar ingresos y sosteniendo nóminas y gastos fijos de funcionamiento como alquileres, servicios públicos, etc.

Una situación muy preocupante porque muchos van a quebrar, o se van a demorar bastante en recuperarse; el aumento del desempleo es algo esperable; y el desorden social que genere el hambre y la falta de dinero, adicional al padecimiento de la enfermedad, es un escenario que confieso me resisto a imaginar porque me resulta tenebroso.

Ahora bien, sumado al diagnóstico anterior tenemos a Ibagué que antes de esto, ocupa el segundo lugar en desempleo y quienes tienen empleo el 55% está en la informalidad laboral, es decir, sin aportar a seguridad social y sin recibir prestaciones sociales. El Tolima aporta al PIB nacional el 2,4% mientras Bogotá aporta el 26%, Antioquia el 15% y Valle 9%; estos datos los presento para hacernos una idea del atraso del departamento.

Regreso a lo nacional; seguramente en uno o dos años se apruebe una reforma tributaria para pagar el endeudamiento en el que se va incurrir; Colombia pertenece a la OCDE, más conocida como el “club de países ricos” y la receta es fácil; aliviar con tributos a los empresarios, es decir renta y patrimonio y compensar con un aumento en impuestos indirectos, esto es IVA e Impuesto nacional al consumo; esto recae en la clase media.

Las reformas tributarias más crueles se dan precisamente en momentos de crisis y no se nos haga raro que el IVA pase del 19% al 21%; tarifa de IVA promedio en países miembros de la OCDE.

Todo esto en contraste con la tarifa a los dividendos que está alrededor del 15%; dividendos que reciben los grandes empresarios del país; una tarifa que no se compadece con el esfuerzo tributario que sí debe hacer los asalariados y trabajadores independientes.

La vida como la conocíamos tendrá que cambiar de una manera fuerte; para empezar en nuestros hábitos de higiene y la forma en la que nos relacionamos; la próxima crisis podría convertirnos en una sociedad solidaria y respetuosa del otro; una sociedad más consciente a la hora de elegir bien a sus dirigentes. Los empresarios todos deberían ser solidarios con sus trabajadores y hacer el esfuerzo de mantener las nóminas, la recuperación financiera de los empresarios depende del consumo de esa sociedad que ahora los necesita; los buenos liderazgos tendrán que aparecer en el escenario y ruego para que nos guíen a un pacto no escrito para que como sociedad se logre caminar hacia adelante; por ahora no hay recetas; no hay tratamiento, ni caminos para recorrer; lo que nos queda es la adaptación al nuevo entorno mundial.

ALEX GRANADOS TRUJILLO

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