Un diario capitalino editorializó en reciente fecha sobre el aporte realizado al sistema educativo nacional por un personaje bastante cercano a una exitosa experiencia local: Vicky Colbert y su proyecto de “Escuela Nueva”, que tanta incidencia tuvo en la fundación de la Corporación Colegio San Bonifacio de las Lanzas, varios lustros atrás, casi que simultáneamente con la fecha en que aquella le propuso su idea al país.

Un modelo pedagógico con visión global fundado en la propia realidad de las diversas regiones, para que éstas, consultando sus recursos económicos y de personal, -ya abundosos o escasos-, y en concordancia con las propias particularidades de cada lugar y de cada uno de sus docentes y discentes, es decir con autonomía plena, se dieran el mejor tipo de educación posible.

Mirando fundamentalmente las particularidades que en lo local presentan cada territorio, sus valores y cultura, pensado sin perder de vista las diferencias específicas y aprovechando las ventajas tanto competitivas como comparativas de ellos para superar sus desventajas.

Algo inscrito dentro de la lógica de la que suele carecer nuestra burocracia educativa, que le ha brindado a la doctora Colbert, paradójicamente, el reconocimiento que dentro de su propio país no se le ha dado con la suficiencia debida y que en lo internacional le ha generado numerosos galardones de variada índole.

Y de la que otro educador al que tanto debe agradecerle esta tierra, Eduardo Aldana Valdés, muy seguramente adoptó en buena hora muchos de los elementos para su revolucionaria idea de los Ceres, varios de los cuales ya funcionan con eficiencia en diversos puntos de la geografía departamental con reconocido buen suceso.

Soluciones factibles, inteligentes y de buena calidad, en medio de nuestras seculares dificultades y carencias, míreseles por donde se les mire, pues con sus indicadores de resultado están evidenciando un acertado desempeño acorde con la cantidad de población servida.

Sin que nos limitemos a estudiarlos desde la perspectiva puramente cuantitativa o de cobertura, como años atrás solían hacerlo de manera exclusiva las autoridades del sector, ocultando la dramática situación que vive la provincia en términos de calidad, sobretodo en el subsector de la educación pública de las regiones más deprimidas.

En circunstancias que no ayudan a remontar los problemas que afronta el país, ni a una región como la nuestra a superar sus altos índices de desempleo, pobreza y marginalidad, caldo de cultivo de nuestra violencia y desequilibrio.