El principio del fin el pensamiento debe vivir en libertad

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Todo aquel que se detenga siquiera un instante, a mirar cuidadosamente lo que se está viviendo en la Venezuela de hoy, al igual a lo que viene ocurriendo en otros países de América Latina, advertirá, sin mayor esfuerzo que el gobierno neosocialista que se ha querido enquistar en ese país, poco dista de la fracasada dictadura de corte cubano, en la que cualquier actitud o pensamiento que no coincida con su confusa y anacrónica ideología, los tornan sus gobernantes en válidos pretextos para atentar contra el derecho a la libre expresión y tiende a ser coartada mediante una implacable censura ejercida por todos los medios imaginables.

Lo cual explica con suficiencia el sangriento rechazo que se le vienen dando en Venezuela a las expresiones de oposición al mediocre régimen allí instaurado, el cual ha alcanzado características de turbión en razón a que el presidente Maduro y sus áulicos las han calificado como “actos conspirativos contra el pueblo”, para justificar la cruenta represión desatada contra lo que apenas si es la manifestación de un pueblo hastiado de penuria, corrupción y mal gobierno.

Falacias de estos regímenes populistas en cuanto se auto abrogan el pleonástico calificativo de “democracias populares”, contrario a sus verdaderas intenciones políticas de clara estirpe dictatorial, de hacer que sus gobernados coincidan, como sea, con los inaceptables efectos de su turbio proceder.

De lo cual es claro ejemplo la perversa descalificación que el heredero universal de Chávez le viene haciendo al líder opositor Leopoldo López, exalcalde del Distrito de Caracas, dizque “por traicionar al presidente”, tratando así de sacarlo de la liza política, junto con todo aquel que contradiga su propósito de afianzarse como mal gobernante de Venezuela.

Y la muerte en Caracas a manos de los esbirros del régimen, de un estudiante opositor al régimen, el miércoles de la semana que hoy culmina.

O lo acaecido un día después, en esa misma ciudad, en donde resultaron tres muertos, 61 heridos y 69 detenidos como consecuencia de la represión a las protestas de una multitudinaria oposición a Maduro.

Al igual que lo acontecido en Maracaibo, capital del Estado Zulia, donde el miércoles, fueron suspendidas las clases en varias universidades por orden del Gobierno, o lo sucedido en el Estado Anzoátegui donde los estudiantes, bloquearon las principales vías de Puerto de la Cruz, siendo agredidos brutalmente por las fuerzas del gobierno.

O en el Estado Táchira, cuando la guardia Nacional enfrentó a grupos de protestantes dejando un saldo desconocido de heridos y arrestados, similar a lo que pasó en los Estados de Nueva Esparta, Bolívar y Carabobo. Crece y se expande la insatisfacción con el Chavismo y sus validos.

Credito
MANUEL JOSÉ ÁLVAREZ DIDYME - DOME

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