Kafka redivivo

Manuel José Álvarez Didyme

Como es bien sabido gracias a la popularización de la obra de uno de los padres del “realismo mágico”, antecedente de nuestro García Márquez, el austro-húngaro Franz Kafka, el término “kafkiano” se usa hoy, entre otras varias lenguas, en el idioma español para narrar situaciones insólitas por lo absurdas?, basadas en reglas desconocidas, paradójicas o inescrutables, como “los confusos laberintos burocráticos” o el mundo de irrealidades que se describen, con plenitud de detalles, en la abundante producción literaria de tan fecundo autor.

“Laberintos burocráticos confusos” o Kafkianos, pero menos insólitos como en el que actualmente se tienen que adelantar (¿?) las gestiones urgentes y necesarias por parte del ciudadano requerido de realizar allí algún trámite, por insignificante que este sea: “La Secretaría de Tránsito, Transporte y la Movilidad” de esta musical ciudad.

No solo por cuanto todos los servicios que allí debieran ser prestados en forma directa por el ente administrativo municipal, tales como la matrícula de automotores, la expedición y/o renovación de licencias de tránsito, la solución o pago de multas, etc., etc., se encuentran totalmente “tercerizados” o sea puestos en manos de “tramitadores particulares” que todo lo entraban y retrasan, sino por el mundo de irrealidad al que nos conduce el diseño absurdo y falto de lógica de los procedimientos administrativos y el abundoso cúmulo de funcionarios que han sido hacinados, que no asignados, para su realización.

Pero como no podemos resignarnos a vivir en lamentación perpetua, porque la vida tiene que continuar con el deseo de que Ibagué sea una mejor ciudad para habitar en ella, debemos denunciarlo por los más diversos medios, en la espera de un cambio radical y con voluntad política, que solucione y mejore lo existente, sin aguardar a que haya “una segunda oportunidad sobre la tierra”.

Porque no se requiere de sutil perspicacia, para advertir que tan inefable circunstancia deviene de una total carencia de autoridad, deseos y capacidad para resolverla, aunadas a una falta de formación organizativa de los funcionarios que allí dirigen y de la indisciplina ciudadana que viene afectando todos y cada uno de los comportamientos comunitarios de los que aquí habitamos.

Ante lo cual debemos solicitarle al gobierno municipal, que reestructure su administración y que convoque, llame, invite y lleve a la gente a cambiar de actitud, a contribuir con un mejor estar colectivo.

Educación cívica, mucha educación cívica y decididos y eficaces actos de gobierno que generen disciplina social y orden. Eso es lo que se precisa y eso se puede obtener desde el gobierno.

Gobernar es “imaginación y acción”.

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