Centralismo + inercia local = desempleo y pobreza

Mientras el desempleo decrece en muchas de las regiones de Colombia presagiando el fin de la crisis y el inicio de un nuevo ciclo económico que al parecer y como empieza a advertirse será de recuperación, en predios de esta musical ciudad la tasa de desocupación urbana continúa impertérrita, sin que varíen los altos porcientos que presentaba en tiempos de la prepandemia, los cuales nos mantienen en el preocupante segundo lugar de desempleo, detrás de la empobrecida Quibdó, con un 18.91% y en el primer puesto en desempleo juvenil con un 29.5%, como lo registran los datos estadísticos del Dane en el cierre del año 2021 que recién culminó, siendo lo más grave, que no se advierte  perspectiva de variación positiva alguna.

“La feria de las apetencias” una amenaza al desarrollo y la competitividad del Tolima

Viendo cómo crece y se incrementa “la feria de las apetencias” y leyendo y/o escuchando las diferentes opiniones de la mayoría de los aspirantes a representarnos en Cámara y Senado, se advierte la falta de programas que orienten nuestra circunstancia hacia “el empleo y la competitividad”, puesto que se continúa con los sempiternos lugares comunes invocados por los mismos personajes de siempre u otros de novel catadura y reciente figuración que pretenden reemplazarlos.

La muerte de un gran científico, tolimense por el afecto

Gabriel Poveda Ramos, científico antioqueño de afectivas raíces tolimenses que se hunden en el centenario colegio de San Simón en esta musical ciudad en donde adelantó y culminó sus estudios secundarios y en donde contrajo nupcias, recientemente fallecido en Medellín, deja un significativo “legado de mil saberes” en el campo científico, económico y educativo, ya que fue sin lugar a dudas uno de los científicos nacionales contemporáneos más prolífico y activo, en cuanto pionero fundador de instituciones como “Colciencias” y programas académicos, de ciencia y profesionales, partícipe de los principales centros de decisión sobre política científica del país, profesor y formador de más de 3.000 estudiantes en sus 37 años de docencia universitaria en diversos centros de formación profesional en Colombia y el exterior, y uno de los artífices más activos de nuestra modernización de Colombia en materia de ciencia y adelanto tecnológico.

Una concepción política que tendrá que imponerse

Desde los albores de la independencia el enfrentamiento de estas antagónicas concepciones sobre la forma de gobernar al naciente Estado, dio origen a las cruentas conflagraciones civiles que signaron casi todo el siglo XIX, como las acaecidas entre 1812 y 1816 durante el período bautizado en la historia como “la Patria Boba”, que solo concluyó, cuando los dos bandos contendientes , ante la inminencia de la reconquista del imperio, tuvieron que unir fuerzas contra el común enemigo español.

El recuerdo de un irrepetible tolimense

Al recordar a aquel “enfant terrible” de la política nacional, Alfonso Palacio Rudas, un coterráneo que por igual se ocupó del pasado, como en efecto lo hizo, asumiendo la defensa a ultranza de la obra de gobierno de Alfonso López ,“el viejo”, y de su partido, el Liberal en al cual militó y siempre se desveló por su presente y mantuvo procelosa vigilia, soñando despierto sobre el futuro.

Algunas reflexiones para iniciar el año

“No ha mucho tiempo…”, Ibagué era una pequeña ciudad en la que se podía vivir con carencias, pero de modo apacible y sin sobresaltos.

Deportes Tolima: una derrota y una enseñanza

Como es bien sabido, la Semiótica, también conocida como Semiología –del griego “Semeion” que significa signo, o teoría de los signos, es la disciplina científica destinada a estudiar la significación, incluso de los actos humanos, y comprender cómo se articulan sus procesos, lo cual conduce hacia la teoría del conocimiento partiendo en este ámbito de la premisa que todo tiene un significado que debe ser comprendido en su verdadera dimensión para obtener una buena y eficaz inteligencia, ayudándonos de manera profunda a nuestra comunicación y a las interacciones que establecemos, así como algunos a comprender elementos de los contextos en donde nos desarrollamos.

Tiempos de paz, tiempos de amor

Una vez más se nos vinieron encima las fechas de conmemoración de la navidad y las del año que concluye y el que se inicia, y los colombianos, al igual que los millones de habitantes de este contaminado planeta, presurosos salimos a echar mano de cualquier medio de comunicación que se encuentre a nuestro alcance, desde el secular correo, hasta el moderno celular o las “tic’s” para circular los más emotivos mensajes de "Paz y Amor” evitando en ellos cualquier expresión que denote falta de cordialidad o afecto, todo refrendado por apretados abrazos por doquier, en medio de multicolores luces, alegres músicas, sonoros repiques de campana, esperanzadoras voces y cánticos de reconciliación, como prolegómeno de los propósitos de enmienda y cambio de comportamiento futuro, que hacemos frente al Dios niño y al momento de arrancar la última hoja del calendario.

Sorpresas y equivocaciones

Aún resuena y es comidilla de “los mentideros políticos”, que el pasado 23 de noviembre, un periodista de una emisora local de reconocida sintonía, que ante la publicitada venida del candidato Gustavo Petro y su “primera línea” a esta musical ciudad, resolvió auscultar en vivo y en directo la opinión de algunos transeúntes, sobre su intención de voto de cara a las próximas elecciones, esperando seguramente hallar un amplio y clamoroso respaldo al nombre del visitante, con el sorpresivo resultado, que de los cinco encuestados, seleccionados al azar, sin excepción, manifestaron su rotundo desacuerdo con el personaje por las más variadas razones que, según dicen, fueron expresadas una a una ante la insistencia y posterior sorpresa del comunicador.

“Que 20 (29) años no es nada…”

Si bien en la vida de los pueblos, tal como dice el conocido tango de Carlos Gardel y Alfredo le Pera, “Volver”: “… que 20 años no es nada…”, si que lo son y de qué manera, -máxime si son 29-, en la diaria brega de hacer empresa y en un apático entorno, en cuanto su lento desenvolvimiento empresarial y frustrado en su propósito de contar con un medio de comunicación propio, como el nuestro, sobretodo, luego de los denodados y malogrados esfuerzos editoriales de El Cronista, Actualidad Tolimense, el semanario Tolima Siete Días, Tribuna, y la desaparición por múltiples causas, de El Derecho, Tribuna Liberal, Tribuna Gaitanista, El Vampiro, Derechas Sociales, Combate y El Comercio, El Observador, El Conservador, El Liberal, La Gran Vía, La Unión, Batalla, Hojitas Sueltas, El Duende, El Fígaro, El Progreso, Adelante, El Alacrán, El Tolimense, Réplica, Acción, Ariete, Las Noticias, La Noticia, Prensa Nueva, Esquina Liberal, Protesta, El Inconforme, Frente Liberal, El Diario Época, El Orden, Norte, Los Cronistas, El Dardo, Rueda, Revolución, La Tregua y El Espectador en Guamo 1852, -primer periódico del Tolima-, como lo reseñó el enjundioso historiador tolimense Camilo Pérez Salamanca, al reconstruir el devenir histórico de la prensa en el departamento, desde cuando el Tolima nació a la vida institucional como Estado soberano, en el Siglo XIX y una vez aparecido el novedoso invento de Gutenberg: la imprenta.