“Colombianopitecus circense”

El grupo del teatro denominado “Ditirambo” presentó hace ya varios años bajo el nombre de este artículo, una obra de teatro que trajo a primer plano las diferentes clases de “…paisanos“ que entre nosotros son…”: una tipología dentro de la cual se destacan y sobresalen, el que se aprovecha del error ajeno, hace mal uso de la confianza dispensada, o abusa de la posición dominante que por alguna razón ha alcanzado en la sociedad o el mercado, el cual termina por convertirse en un ciudadano de comportamiento socialmente aceptable y hasta imitable, tanto que entre “los valores” que se le destacan, se incluye “la viveza” como una de los principales, sino la que más se privilegia.

Deportes Tolima: un triunfo y una enseñanza

Como es bien sabido, la semiótica se encarga de estudiar los diferentes sistemas de signos que permiten la comprensión entre los individuos y sus modos de producción, partiendo de la premisa de que todo tiene un significado que debe ser entendido en su verdadera dimensión, para que, a partir de su correcta inteligencia, se obtenga una buena y eficaz comunicación.

¿Si sabremos quiénes somos?

En reciente mancomunada acción, los integrantes de la protesta que se viene escenificando, entre otras capitales en esta musical ciudad, arrancaron de su base y echaron por tierra la presunta imagen del fundador de esta capital, el castellano Capitán, Andrés López de Galarza, en tanto en cuanto para aquellos remembraba a uno de los conquistadores de este suelo, dignos de rechazo dado el injusto y cruel trato que dizque le dieron a los indígenas raizales.

Una ciudad “hecha jirones”

Al circular por las inmediaciones del añoso parque de Galarza, el más desprevenido de los munícipes puede observar la bandera de la ciudad que corona el monumento consagrado a ella, -otrora enhiesto símbolo y motivo de local orgullo-, hecha jirones, tal como se encuentra el resto de la ciudad, sin que la “Pandemia” o la alterada situación de orden público que se vive, puedan excusar tan decepcionante situación.

Hora de cultivar

Lo que para el mundo constituye una mala noticia y que para nosotros podría llegar a ser el anuncio de un futuro más promisorio o una gran oportunidad, por nuestro indolente comportamiento del pasado, apenas si se convierte en un llamado de atención sobre lo que por años hemos podido hacer y no hemos hecho.

¡Basta ya de violencia y terrorismo!

Continúan para los colombianos las noticias sobre hechos que afectan su vida diaria y su cotidianidad con destrucción, dolor y lágrimas, por cuenta del odio y el ensañamiento de unos cuantos violentos, que amparados en el marco de la justa protesta de carácter cívico contra la corrupción y las diversas formas de inequidad social, no cejan en sus bárbaras acciones contra el país, sus gentes y su economía, y que ya se traducen en la pérdida y la lesión de numerosas vidas humanas, escasez e incremento de precios, más de 300.000 empleos y el cierre de cerca de 20.000 empresas, fundamentalmente de pequeños comerciantes, según lo han manifestado los medios con base en las cifras registradas por el DANE y la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco.

Para un mejor futuro, rescatemos el pasado

El panóptico del griego pan, que como se sabe quiere decir todo y opticón observar, es un centro carcelario diseñado arquitectónicamente para que un solo vigilante o un reducido número de ellos, ocultos a la vista de los prisioneros, pueda observarlos sin que éstos se percaten de ello.

Un inaplazable propósito contra la corrupción

Sin que se pueda desconocer la valía de los esfuerzos que el gobierno está realizando para reanimar la marcha del país, a pesar de la pandemia y el paro, en procura de la creación de nueva industria y el crecimiento de la existente como importantes factores para su mejoría, tanto en términos de generación de empleo, como de reactivación económica, si podemos aseverar que ellos, por si solos, no pueden constituir los únicos elementos a ser considerados para erradicar los males que afectan nuestra sociedad y elevar la calidad de vida del colombiano. Porque junto a tan importantes acciones se deben adelantar otras diversas, si se quiere más urgentes y difíciles en el campo de la educación, hoy en manos de una coterránea nuestra, a fin de procurar y obtener realmente un mejor desempeño ético de la colectividad y la reorientación del comportamiento del colombiano hacia la rectitud y la integridad, extraviadas en medio de una cultura generada por el narcotráfico, donde por años se han privilegiado el delito y el enriquecimiento fácil.

¡Basta ya, no más violencia!

Como cualquiera de los lectores de este diario fácilmente lo puede comprobar, entre nosotros no pasa día sin que los medios, las redes sociales y los rumores callejeros, difundan hechos de violencia, sangre, asaltos, secuestros y en fin, una serie de actos sin cuento, nacidos de la utilización de la fuerza y la intimidación, realizados por quienes aspiran a alcanzar su propósito “como sea”, dentro de los espacios domésticos, escolares o laborales.

Las “enseñanzas” de un paro

Repudiable lección se le dio al país al enterarlo en la mañana del jueves, de la semana que culmina, del resultado de la violencia alcanzada por los participantes del paro denominado “nacional contra la reforma tributaria”, aupado por unos cuantos “precandidatos” en trance politiquero.