¡Ya es hora de cambiar los contenidos de la historia!

Sigue siendo lugar común entre nosotros, comentar los hechos de violencia, sangre, secuestro, corrupción, desfalcos y transgresiones sin cuento de la ley que a diario se presentan en Colombia, de una manera tan generalizada y magnificada, que llegan a incorporarse en nuestra cotidianidad, en todos los ámbitos, tanto en el campo como en la pequeña o mediana ciudad y en la gran urbe; en los barrios de clase alta, media o en las comunas o barriadas de invasión, destacando a los perversos y familiarizándonos con el accionar delictual.

Cultura ciudadana: Un tema exótico en Ibagué

El pasado viernes, el editorialista mayor de este diario se lamentaba de la estulticia de nuestros coterráneos, expresada en el daño que le causaron con pintura a una de las esculturas recientemente ubicadas en la calle 10ª frente a una sede universitaria de esta ciudad capital, calificándola como inaudita conducta digna de rechazo y sanción. Olvidando el orientador de opinión del principal periódico de la región, que tal acción, si bien censurable, resulta explicable y esperada en una ciudad que se ha venido conformando por flujos migratorios de las más variadas vertientes, a través de las cuales han confluido gentes de plural origen y disímil formación, sin arraigo ni sentido de pertenencia alguno. Como una consecuencia obligada de nuestra ubicación geográfica, que nos convirtió desde el primer momento de nuestra existencia en cruce de caminos, en donde fuimos surgiendo a manera de privilegiado sitio de albergue, cobijo y mercado de los viajantes que aspiraban a trasmontar la cordillera hacia el occidente del país o ya lo habían hecho hacia el centro, amenazados, primero por los aborígenes y luego por las facciones que contenían en las muchas violencias que el país ha vivido y sigue padeciendo.

¿Por qué es tan frágil nuestra democracia?

Es el interrogante que nos asaltó, a raíz de la espontánea defensa surgida frente a las recias impugnaciones hechas por el presidente Donald Trump al sistema electoral norteamericano en el reciente debate eleccionario, que se escenificó en aquel país, ya que en nuestro medio el cuestionamiento al proceso comicial se da cada vez que se aproxima o pasa una jornada de esta naturaleza, sin que nadie se sorprenda por ello y nadie asuma la defensa de las instituciones, consecuencia de una verdad que, no por sabida, poco hemos hecho para corregirla: los colombianos al ejercer nuestros derechos, somos más pasionales que informados, lo cual explica el sinnúmero de desaciertos que nuestra historia, pasada e incluso y sobre todo la reciente, registran en la orientación de nuestro errático discurrir político.

¡Contra la crisis, asociación!

Que los malos tiempos aguzan la imaginación y desarrollan la creatividad de las gentes para protegerse de sus nocivos efectos, definitivamente constituye una verdad tan evidente como lo puede confirmar la “minga” diseñada por un numeroso grupo de vecinos de algunos barrios de los estratos dos y tres de una ciudad de semejantes características a la nuestra, para adquirir en medio de la crisis los alimentos indispensables para su sustento, por bultos y repartírselos equitativamente, luego de obtener importantes descuentos económicos, según lo conocimos a través de la narración que algunos de ellos le hicieron a los medios.

La lucha contra el desempleo: Un propósito regional

Un reciente informe del “Mercado Laboral” presentado por el Director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística Dane, está evidenciando que las cifras del desempleo comienzan a decrecer en el país, presagiando el principio del fin de la crisis generada por el coronavirus y con él, el inicio de un nuevo ciclo económico que, sin pecar de optimistas lo podemos prever, de lenta pero de segura recuperación.

La “huella hídrica”

Cuando alguien, hace ya algún tiempo, de manera premonitoria y refiriéndose a la vigésima primera centuria que ya discurre, sentenció que la próxima conflagración mundial sería por la posesión del agua, lo miramos como a un exagerado arúspice de desastres, o casi un orate.

¿Por qué marcharon los que marcharon?

Parece que el valor de significación de la marcha que se realizó el pasado 21 de octubre, fue entendido de manera equivocada, tanto por los protestantes líderes del magisterio, como por los de la izquierda fundamentalista que a sabiendas de sus erróneas y antidemocráticas posturas persisten en ir en contravía de la opinión generalizada del país.

¡Ojo sr. Gobernador y sr. Alcalde!

¡Ya estamos en mora de haber dado comienzo a la construcción de un plan de rastreo robusto y oportuno de identificación, si de verdad queremos saber quiénes serán los destinatarios de las primeras vacunas contra el Coronavirus que lleguen a nuestro medio, puesto que en una primera instancia estas no alcanzarán para todos!

Una confrontación incontrolada sin lustre

Con una expectante audiencia universal y una desacertada y mediocre moderación, en la noche del pasado martes 29 de septiembre se adelantó el primer foro-debate de los aspirantes a la presidencia del gran imperio del norte, luego del cual quedó la generalizada sensación de que en mucho se han empobrecido las costumbres políticas y deteriorado el ambiente democrático del que por años fue el ejemplo a seguir, -tanto por su espíritu como por su forma-, de cómo deben adelantarse este tipo de eventos eleccionarios manteniendo a distancia el agravio, la pasión, el sectarismo y la estrechez espiritual.