Este sábado, 20 de julio, inicia la legislatura 2013 - 2014, la última de este Congreso elegido en 2010 y del presidente Juan Manuel Santos. Sin duda alguna, este fue un periodo parlamentario de grandes iniciativas. El calibre de las leyes aprobadas fue alto, incluso algunos expertos han considerado que es quizá uno de los mejores periodos más productivos en calidad de leyes. Infortunadamente, muchas de las iniciativas tardarán años en dar resultados y posiblemente por eso el rédito político será difícil de cobrar. 

Ahora, ¿por qué una institución que da resultados conserva una imagen desfavorable tan alta? Las respuestas son múltiples: primero, los congresos en el mundo no son precisamente el órgano público más querido; por otra parte, nuestro parlamento carga con un lastre de errores que lleva décadas. Eso hace que la tarea sea mucho más difícil.

En los últimos años, tanto el Senado como la Cámara han hecho esfuerzos tecnológicos, logísticos y de infraestructura para contar con un sistema parlamentario de avanzada, mucho más acorde con lo que sucede en otras partes del mundo; sin embargo, el esfuerzo no parece suficiente.

En el ambiente ronda una imperiosa necesidad de modificar el reglamento del Congreso, que permita afrontar y resolver retos que tienen, no solo el Congreso de Colombia, sino también el de la mayoría del mundo. 

Desde el punto de vista del derecho parlamentario es prudente avanzar en el estudio de posibles modificaciones sobre relaciones entre sociedad y parlamento, mecanismos de transparencia, distintos sistemas de organización de las cámaras parlamentarias y su incidencia en el desarrollo de la actividad legislativa.

En el campo de la técnica legislativa es prudente avanzar en la reingeniería de los debates, la forma en que se presentan proposiciones, los informes de conciliación, tiempos muertos de estudio y mecanismos que permitan que el sistema sea ágil, pero sobre que exista pleno conocimiento de las iniciativas.

De acuerdo con la información que tenemos, y si los pactos se cumplen, presidirá en el Senado Juan Fernando Cristo y en la Cámara Hernán Penagos. Sería interesante para la sociedad y fortalecería la función legislativa, avanzar en la discusión de estos temas.

Para Fenalco y la sociedad colombiana es muy importante que nuestra representación parlamentaria se profesionalice cada día más, que la conexión entre los intereses del pueblo representado y sus legisladores sea cada vez más cercana. 

No está por demás resaltar, aunque a nosotros nos parezca demasiado obvio, que el interés de nuestro gremio no es impulsar ninguna corriente política.