“Fracking” un enemigo ambientalmente silencioso?

Miguel Ángel Barreto

El senador huilense Hernán Andrade, en su visita a EL NUEVO DÍA, criticó la posición de Martha Lucía Ramírez sobre ir con candidato propio a las elecciones presidenciales. El conservador dejó claro su apoyo al presidente Juan Manuel Santos y el proceso de paz, que, según él, ya está encauzado. Andrade también habló del panorama político del Tolima.

Para nadie es un secreto que las reservas del petróleo colombiano están llegando a su mayor límite y se podría contar con una explotación petrolera por cinco o seis años más en el país. En este sentido uno de los principales renglones de nuestra economía podría verse afectado pues nos transformaríamos de un país productor a importador de petróleo, lo cual no debería ser un detonante para tomar malas decisiones que vayan en contra de la vida y el medio ambiente.

Colombia como otros países del mundo se está integrando a un debate que se ha desarrollado específicamente desde los años 90 en los Estados Unidos de Norteamérica, donde se comenzó a visibilizar una nueva técnica para extracción de hidrocarburos, que modificaba los sistemas tradicionales de generación de compuestos energéticos. Esta técnica como lo indica el New York Times, fue probada a finales de la década de 1940 y potencializada mediante investigaciones científicas por el Departamento de Energía en los años 1970.

Sin embargo, fue el magante Americano de la industria del Gas y del petróleo George Phydias Mitchell quien comenzó a utilizar dicho sistema a gran escala en Texas. Este nuevo método de extracción conocido como “Fracking” no se centralizaba en el convencional proceso de extracción, donde por medio de un equipo de estructura metálica vertical se realizaban procesos de perforación, Casing (Revestir el pozo con tubería), Extracción y separación, sino que incluía, una nueva característica para perforación de formaciones rocosas en un nivel de gran longitud. En este sentido, diferentes investigadores convergen en la siguiente definición: “Proceso inicialmente de forma vertical, integrando posteriormente nuevos componentes de extracción horizontal, en el cual se inyectan una combinación de agua, arena y compuestos químicos, cuya principal finalidad es disolver las formaciones rocosas, para liberar el fluido de hidrocarburos no convencionales, denominados así por su estructura de almacenamiento”. Es así, como muchos autores en diferentes investigaciones de índole internacionales como Wood y otros (2011)3, Cooley y Donnelly (2012), Finewood y Stroup (2012) y nacionales como Arnedo y Yunes (2015), convergen en que el Fracking es una integración de diferentes técnicas de extracción de hidrocarburos con unas nuevas actividades y tecnologías.

Con este micro contexto identificado, podríamos entender los inicios y llegar a una definición plausible del Fracking lo que me permitirá profundizar en el tema. Es así, como en esta gran diversidad de investigaciones e información relacionada con esta nueva extracción de hidrocarburos, se puede inferir que el gran problema del Fracking no radica en su definición, pues como se observa en la mayoría de literatura, los autores concentran dicha terminología en lo presentado anteriormente. El gran problema a nivel mundial del Fracking, se debe a las implicaciones económicas y medio ambientales que están generando en las diferentes zonas geográficas donde se está implementando la técnica.

Por un lado, algunos autores hablan de los beneficios económicos que el Fracking puede presentar en economías no sólo emergentes, sino en grandes, en cuanto a la posibilidad de generar precios más bajos de la energía y el combustible, aumento en el número de empleos relacionados y el crecimiento de negocios en los países (CEPAL 2013)7.

Pero es en este tipo de espacios donde debemos reflexionar y generar conciencia, en que lo económico no debe ser lo primordial en nuestro país, sino en los impactos medio ambientales que se están observando y estudiando en cuanto a la implementación del Fracking. En este sentido múltiples investigaciones y documentos internacionales como los evidenciados por, Mehany y Guggemos (2015), Cooley y Donnelly (2012), Arnedo y Yunes (2015), los cuales argumentan que en el proceso de extracción de los hidrocarburos se generan enormes amenazas en la sostenibilidad ambiental, tales como: Excesivo consumo de agua, deterioro de la infraestructura relacionada, aumento de la huella de carbono, múltiples emisiones de COV(Compuestos Orgánicos Volátiles), contaminación de los recursos hídricos y posibles efectos sísmicos.

En cuanto a estas amenazas, Mehany y Guggemos (2015), entre otros se permiten indicar:

1. El excesivo consumo de agua, radica en que en promedio para extraer hidrocarburos en un pozo con la actividad del Fracking se necesitan entre 4 y 6 millones de galones de agua presurizada combinado con químicos, arenas y otros materiales. Dicha agua en su gran mayoría no se puede volver a reutilizar.

2. En cuanto al deterioro de la infraestructura relacionada, indican que tanto en el transporte de agua como de compuestos relacionados con la actividad de Fracking y que son necesarios para la perforación, se genera deterioro en la infraestructura vial de las regiones, ya que en su mayoría son transportados por camiones cisternas o de gran tonelaje.

3. Para el aumento de la huella de carbono y múltiples emisiones de COV(Compuestos Orgánicos Volátiles) los mencionados autores citan, que si bien el gas natural se presenta como una fuente de menor emisión de carbono, al momento de realizar la práctica de Fracking, podrían generarse escapes de metano, el cual es un compuesto del gas natural de altos volúmenes contaminantes.

4. En cuanto a la contaminación acuífera, dicho estudio parte de 3 grandes premisas en la implementación del Fracking: Explosiones accidentales, demarres en las superficies donde se realiza el almacenamiento del agua y la eliminación inadecuada de los fluidos generados en el proceso. Vinculan una investigación que cita que en 51 de 60 pozos estudiados en el noreste de Pensilvania, se encontraron residuos de Metano al parecer por la contaminación que se produjo por una cementación defectuosa.

5. Por último, el ítem relacionado con los posibles efectos sísmicos, es uno de los que genera mayor controversia y revisión por parte de los investigadores citados y otros, ya que no se ha comprobado científicamente que el Fracking sea el causante de actividades sísmicas, pero si se observan en algunos estudios relacionales que infieren problemas en la superficies que se relacionan con el proceso de fracturación de la roca.

Es por esto, que mi función como legislador del país debe iniciar con el conocimiento técnico y científico de los temas que se van a desarrollar, lo que me permita tomar las mejores decisiones para nuestros ciudadanos y el país. Es así, con todo este marco evidenciado producto de la revisión teórica identificada, que puedo concluir que mi labor legislativa debe estar enfocada a trabajar por el bienestar de todos los colombianos y el impacto de los recursos naturales en el desarrollo de nuestras familias, hijos etc. Superponer el bienestar del medio ambiente frente al económico debe ser una línea estratégica del país, donde la vida, el agua y el ambiente primen sobre cualquier desarrollo económico. Por todo esto no podemos esperar que nuestros enormes recursos naturales sean objetos de pruebas y que el “Fracking” se convierta en un enemigo ambientalmente silencio para nosotros, nuestras familias y futuras descendencias.

Bibliografía

Gertner, J. (2013) “George Mitchell, He fracked until it paid off”. [En línea]. Dirección: ?https://www.nytimes.com/news/the-lives-they-lived/2013/12/21/george-mitchell/

YPF - Yacimientos Petrolíferos Fiscales S. A, Documento de extracción convencional de hidrocarburos [En línea]. Dirección:

https://www.ypf.com/energiaypf/Metodosdeextraccion/extraccion_convencional.html

Wood, R. Gilbert, P. Sharmina, M. y Anderson. A (2011). Shale gas: a provisional assessment of climate change and environmental impacts,--The Tyndall Centre University of Manchester, 2011. En línea]. Dirección:

https://www.research.manchester.ac.uk/portal/files/36728313/FULL_TEXT.PDF

Cooley, H y Donnelly, K (2012) Hydraulic fracturing and wáter resources: separating the Frack from the fiction. – Pacific Institute [En línea]. Dirección: https://pacinst.org/wp-content/uploads/2014/04/fracking-water-sources.pdf

Finewood, M y Stroup L (2012). Fracking and the Neoliberalization of the Hydro-Social Cycle in Pennsylvania’s Marcellus Shale - Chatham University, Pittsburgh [En línea]. Dirección: http://www.ucowr.org/files/Achieved_Journal_Issues/147/147_8_Finewood.pdf

Arnedo, A y Yunes, K (2015). Fracking: Extraccio´n de gas y petro´leo no convencional, y su impacto ambiental. Universidad de San Buenaventura – Cartagena Colombia. [En línea]. Dirección: http://bibliotecadigital.usb.edu.co/bitstream/10819/2858/1/Fracking%20Extracción%20gas_Arnedo_2015.pdf

Mehany y Guggemos (2015) A Literature Survey of the Fracking Economic and Environmental Implications in the United States. ScienceDirect, Elsevier. [En línea]. Dirección:

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1877705815020706

Naciones Unidas – CEPAL (2013), Desarrollo del gas de lutita (shale gas) y su impacto en el mercado energético de México: reflexiones para centroamérica, Naciones Unidas, México D.F., 2013. ?[En línea].

Dirección: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/27184/1/M20130032_es.pdf

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