Los escenarios adversos y las amenazas reales

Miguel Ángel Barreto

El país enfrenta en la actualidad escenarios adversos relacionados con la seguridad nacional, la crisis política con Venezuela y puede quedar golpeado en medio de los vaivenes de la economía internacional, situaciones que afectan directa o indirectamente a cada colombiano. La realidad aunque no es apocalíptica tampoco es la deseada; además, como Nación y sociedad siempre hemos afrontado intensos periodos de violencia y crisis institucional por cuenta de los criminales; sin embargo, hemos superado cada desafío en cada línea generacional y esta vez no será la excepción. Veamos:

El fortalecimiento de las disidencias o estructuras residuales de las Farc y de los grupos al margen de la ley en el sur del país, más la influencia de los carteles de México, nos muestran un nuevo modelo de organización delincuencial transnacional que debemos enfrentar con contundencia. El asesinato de los líderes sociales en el Cauca y los crueles ataques contra nuestros soldados por parte del ‘Clan del Golfo’ en el Urabá antioqueño exigen toda nuestra solidaridad con las víctimas y el respaldo total a nuestras Fuerzas Armadas para que refuercen sus operaciones y la inteligencia militar contra estos delincuentes.

Sin duda, estos grupos no dejarán fácilmente que los cultivos de coca, la minería ilegal y otras actividades propias de sus estructuras desaparezcan en las regiones que hoy nuevamente pretenden colonizar, dominar y explotar a sangre y fuego. La intervención del Estado en estas zonas se hace perentoria, pues esas organizaciones que huyeron del proceso de paz hoy influyen en más de 80 municipios y legitiman su poder con el negocio del narcotráfico, las armas y la violencia.

Como si esto fuera poco, en el ámbito externo, el reciente anuncio del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, de establecer un sistema de misiles en la frontera con Colombia es un evidente acto de provocación al Gobierno nacional y especialmente al presidente Duque, que todos esperamos sea contrarrestado con extrema prudencia y sin caer en la trampa belicista.

No obstante, nadie puede negar a estas alturas que el régimen bolivariano, seguramente como venganza o retaliación a la presión diplomática ejercida desde Colombia para que abandone el poder, seguirá abrazando a los líderes del Eln que se encuentran en ese país, y peor aún, hará todo lo posible para fortalecer la nueva bandola de criminales que pretenden armar alias ‘Iván Márquez’, ‘Jesús Santrich’, ‘El Paisa’, ‘Romaña’ y compañía.

De hecho, el Ejército informó que efectivamente los ex-Farc están asesorando a militares venezolanos e iniciaron un proceso de rearme y de reclutamiento, en el que están intentando convencer a los excombatientes volver a las armas. El general Luis Fernando Navarro, comandante de las Fuerzas Armadas, confirmó el miércoles precisamente que este nuevo Grupo Armado Organizado Residual (Gaor), encabezado por ‘Márquez’, planea operar desde los estados de Apure, Bolívar y Amazonas, y que las conversaciones con el Eln son reales y eventualmente peligrosas para el país. Reveló que los dos grupos harían parte de la plataforma continental bolivariana para defender el gobierno de Maduro y en varias reuniones conversaron sobre las posibilidades de incrementar sus actividades en la frontera a través de rentas ilícitas. La hostilidad verbal de Maduro esta semana puede ser producto de su desesperación ante el cerco diplomático que enfrenta. Lo cierto es que Venezuela representa hoy nuestra principal amenaza externa y se deben agotar todos los recursos políticos y diplomáticos para que esas diferencias no sigan escalando, eso sí, sin perder la autonomía, la autoridad y el control territorial.

El tercer escenario adverso está relacionado con la economía. La guerra arancelaria entre Estados Unidos, nuestro principal aliado, y China, viene presionando el comportamiento de las monedas de mercados emergentes. La permanente devaluación del peso colombiano, indudablemente, llevaría a encarecer todos los productos importados, lo que aumentaría el costo de gran parte de los bienes de consumo y por ende restringiría los gastos de los hogares. Los golpeados con estos choques internacionales son los sectores que sustentan el crecimiento económico. Además, muchos inversionistas en tiempo de crisis se llevan sus dólares o recursos a economías más estables y fuertes.

Sin duda, para aguantar este nubarrón económico se hace indispensable que el Gobierno agilice sus proyectos propuestos en el Plan Nacional de Desarrollo, ya que parte de la economía dependería en buena medida de la inversión pública y de la autonomía que la descentralización le otorgue a los departamentos para gestionar proyectos y atraer la inversión privada.

Aunque quedan en el tintero otros temas que también son estructurales, es indudable que estos tres estadios son reales, no les podemos sacar el cuerpo; y, lejos de divisiones partidistas, ideológicas, chismes mal intencionados o cortinas de humo electorales, ningún individuo o Estado puede huir de su propia realidad. Hagamos votos para que estas amenazas no traigan mayores consecuencias.

Senador

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