Ya casi cumplido este periodo de gobierno, para el cual fui elegido por los tolimenses en segunda oportunidad, llegó la hora de los balances, de mostrar los resultados, miles de kilómetros recorridos y cientos de horas trabajando para cumplir nuestras metas y propósitos, me dejan enormes satisfacciones.
En este gobierno nos propusimos aumentar la presencia en el territorio, viajar con todo nuestro equipo de gobierno a los lugares más apartados del Departamento, estar más cercanos de la gente, escucharlos, garantizar en todos nuestros escenarios su participación y por supuesto cumplir sus anhelos, sus sueños y sus esperanzas. Son muchas las obras que construimos a lo largo y ancho del Tolima, cada una de ellas priorizada y pensada para impactar positivamente la calidad de vida del contexto social donde las ejecutamos.
Pero más que las obras de que dejamos, este gobierno buscó impactar al ser humano, sensibilizarlo, formarlo, generarle una percepción y una realidad distinta, que le pudiera aportar a su desarrollo y por ende al desarrollo de su entorno y de su contexto social. Abolimos la retórica como estilo de gobierno, fueron los hechos, el estilo del hacer, el que implementamos como una nueva forma de relacionarnos con los ciudadanos, quienes cansados de tantos años de promesas incumplidas y de discursos cargados de sofismas, ya no creían.
El mayor legado que dejamos es nuestro estilo sobre el hacer, nuestra preferencia por lo social, nuestra capacidad de trabajo, nuestra cercanía y respeto por los ciudadanos, nuestro liderazgo participativo, consecuente con una democracia moderna, esa que denominan una democracia participativa, pero en nuestro caso una democracia real. Devolvimos confianza y credibilidad en el gobierno a los ciudadanos, mostramos cómo podemos articular eficientemente las instituciones, con la academia, la Policía, el Ejército y la Fuerza Aérea, adelantamos tareas incesantes, todas llevadas a buen término. Cuidamos educación y seguridad como valores de la democracia, mantuvimos el orden y el respeto por las instituciones, pero sobre todo devolvimos la fe y la esperanza perdida.
Hoy el Tolima es un Tolima mejor, un Tolima distinto, preparado para los retos actuales y los que están por venir, esos mismos, que inspirados en el estilo del HACER, no abandonaremos desde donde estemos, mientras Dios nos de salud, vida y capacidad para seguir sirviendo a todos los tolimenses, con sensibilidad, carácter y mucho amor por nuestra tierra.
Gobernador del Tolima
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