Poder ciudadano y bomba social

Óscar Barreto Quiroga

Lo que está pasando en Colombia no es un fenómeno excepcional, es un fenómeno que está sucediendo en varios países, no solamente debemos mentalizarnos frente al cambio climático, la protección animal, a cuidar nuestra salud mental o hablar de igualdad, sino respecto a las instituciones, a nuestra democracia, a la equidad, a las aspiraciones de todos los miembros de la sociedad, al respeto por la diferencia, a la generación de oportunidades, especialmente para los jóvenes, llamados a marcar el presente y el futuro de nuestra nación.

Tomando algunas ideas del profesor Manuel Castells, los movimientos políticos buscan transformar la nación, los movimientos sociales buscan expresar lo que quieren, lo que sienten, lo que sufren, tal vez los primeros tienen algún cálculo, alguna estrategia, los movimientos sociales son una expresión limpia, sana, espontánea, estos ciudadanos no tienen confianza en su dirigencia, casi que se han vuelto incrédulos en todo. En mi gobierno con los preceptos que establecimos de respeto por los ciudadanos, cercanía a los ciudadanos y trabajo incansable por ellos, logramos establecer una sinergia, que nos permitió consensos para desarrollar un gobierno que fue abierto, incluyente, convergente, participativo, pero sobre todo, que tuvo preferencia por lo social, el ser humano fue primero, permanentemente como decía el presidente López “le tomábamos el pulso a la sociedad”, nuestra relación con el poder legislativo representado en la asamblea, fue fluida y de respeto, nunca dejaron de ser, los representantes de los partidos políticos y de la comunidad.

Escuchar y escuchar es nuestra premisa, debe ser la premisa del gobernante, el poder ciudadano si no se escucha, produce ilegitimidad política, y claro, no se podrán consensuar sus quereres y necesidades, peor no se podrán solucionar; la consecuencia un movimiento social, una bomba social, que se traduce, en esas acciones no articuladas, que muestran que la gente no puede más, que no quiere mas y explota. Bajo ninguna circunstancia se pueden aceptar los hechos de violencia o bandidaje, estos no pueden hacer parte del movimiento social, deben ser rechazados con total contundencia, lo que sí, debe tener urgente y preferente trato, es escuchar el poder ciudadano, que clama por una mejor convivencia, una mejor calidad de vida, escucharlos para encontrar conjuntamente las causas profundas de la crisis y empezar a construir juntos, una mejor sociedad, modernizar el Estado y humanizar los gobiernos.

Gobernador del Tolima

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