Ibagué, sus grandes retos

Óscar Barreto Quiroga

Ibagué la ciudad del futuro de Colombia, la ciudad que deberá cambiar el presente y futuro de los que aquí vivimos, es hoy por hoy, un laboratorio social que nos muestra una ciudad en crisis, con una deficiente dinámica socio-económica en una población con altos índices de pobreza monetaria y multidimensional, que se traduce en resentimiento social y baja calidad de vida para los habitantes, con enormes problemas por resolver, el desempleo, la desactivación económica, la desarticulación del sector público con el privado, la falta de definición y especialización de nuestra vocación de desarrollo económico en mora, deben llevar a los nuevos gobernantes a tomar decisiones y acciones audaces, que nos permitan mejorar las condiciones y la calidad de vida de los ibaguereños y de quienes quieran establecerse en nuestra ciudad.

Se debe tener un panorama financiero claro y unas agendas de desarrollo con equidad e integralidad, para afectar positivamente los sectores más vulnerables de la población, los niños, los jóvenes y los adultos mayores primero, un ambicioso plan que incluya acciones concretas de aplicación urgente, para mejorar las condiciones a los empresarios de los diferentes sectores de la economía, la música, la industria cultural deben tener trato especial, la CTeI (Ciencia Tecnología e Innovación) debe ser permanente acompañante en todos los procesos, es urgente crear un ecosistema en este aspecto para asegurar éxito y aplicabilidad, la definición del uso de la tierra es crucial para el desarrollo de nuestra vocación y para la atracción de la inversión, los espacios para mejorar la movilidad ya no aguantan más pañitos de agua tibia, se requiere la construcción urgente de nuevas vías y desarrollo urbano, que deberán tener el agua y el medio ambiente como prioridad, la educación debe tener pertinencia no para el discurso o los índices sino para la productividad, la seguridad debe conservarse como un valor de la democracia garantizando el uso pleno de las libertades, debemos cuidar la defensa de los derechos de las minorías y avanzar más hacia el reconocimiento cierto de los derechos de las mujeres.

Ibagué no aguanta más discusiones ideológicas, confrontaciones a razón de los odios, no aguanta más mentiras de sus dirigentes o gobernantes, promesas incumplidas, los ciudadanos se cansaron y quieren ver resultados concretos, que los beneficien de manera real, es una obligación no solo constitucional y legal de los nuevos gobernantes, es una obligación moral, llegó la hora de la unidad, de las obras, de las transformaciones, de asumir una posición en franca conciencia para que Ibagué, sea de verdad la ciudad del presente y el futuro de Colombia.

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